Siguiendo con el estudio del balancín del caballo y
aprovechando la polémica suscitada por el empleo desmesurado de lo que ahora se
llama “rollkur” (versión europea) o “hiperflexión” (versión castellana), y que
toda la vida se ha llamado “encapotamiento”, quiero dar mi versión de las
posibles causas que lo producen y que poco , o nada, se habla de ellas. Pero
que existen. Desgraciadamente sólo se habla de las consecuencias. Incluso la
FEI ha tomado cartas en el asunto poniendo limitaciones pero no hablando de
causas y sus soluciones, lo que demuestra, creo, que el bienestar del caballo
para ella, la FEI, son palabras vacías porque ni se plantea qué siente el
caballo.
¿Cuáles son esas causas que todo caballista debe tener en
cuenta, creo, para poder corregir el problema desde su raíz?
1ª.- Control. Junto con la comunicación, son los
pilares sobre los que se asienta toda
relación entre dos organismos vivos, y que en nuestro caso son el hombre y el caballo. Son condición sine qua
non.( Esta es la razón fundamental, aunque no la única, de por qué hay tan
pocos mamíferos domesticados. Y desde luego, en cuanto a lo que ha supuesto
para la Humanidad, como el caballo, ninguno). Pero hay un control respetuoso y
un abuso de control.
La hiperflexión, o encapotamiento, es una
llave de jiu jitsu de un poder increíble. El
caballo, a pesar de todas las irracionalidades (eufemismo de
barbaridades) que hemos cometido con él a lo largo de la Historia, ha seguido
mostrándonos su buenísima buena voluntad sin dejar de colaborar con el hombre
por muy encapotado que lo trabajemos. Seguimos, queramos o no, cometiendo el
mismo error que denunció DESMOND MORRIS en el siglo pasado: “Si el perro es el
mejor amigo del hombre, al caballo hay que considerarle como el mejor esclavo
del hombre” Lo malo es que sigue siéndolo, sobre todo en la disciplina de Doma,
porque existe el convencimiento de que todos los trancos deben estar
rigurosamente controlados. (En cambio, en la disciplina del salto, los trancos
previos al salto son , utilizando la expresión de BAUCHER, “colocar y dejar
hacer”, fácil de decir y difícil de hacer. Pero es lo que debe ser). Como
también debiera ser el uso racional del control en lugar del abuso del mismo.
DOMINIQUE OLIVIER dice
que “para el jinete, el balancín es incontestablemente la pieza más difícil de
controlar y manejar”. Y cita a BAUCHER: “Es evidente que todas las defensas se
manifiestan a través del cuello y que su flexibilización y su buena posición,
deben ser nuestra primera ocupación”. Más adelante sigue diciendo D. OLIVIER:
“El balancín constituye pues un notable medio de expresión y
el caballo se sirve abundamente de él para comunicar. Los movimientos del
balancín son numerosos y diversos, y los mensajes que vehiculan son siempre
ricos en información. El jinete para quien los movimientos del cuello no
significan nada, no comunica con su caballo”, A ello habría que añadir que las
manos del hombre normalmente desplaza objetos cuya masa apenas supera el kilo,
cuando la masa del balancín del caballo supera con creces los sesenta kilos (25
kilos la cabeza y 40 kilos el cuello, aproximadamente. En torno al diez por
ciento del peso del caballo).
La manera más fácil de controlar la situación es, como decía
antes, haciéndole una buena llave de jiu jitsu. O sea, encapotándolo. (Al caballo lo
convertimos en esclavo)
2ª.- La cabeza, una pieza compacta que mide
casi medio metro de largo, seamos conscientes o no, se mueve en torno a dos ejes de rotación:
La nuca gira en torno a la articulación cérvico torácica,
que está más de un palmo por debajo de la cruz y justo delante de los
omoplatos. El radio de giro son las siete vértebras cervicales
La boca, situada en el otro extremo de la cabeza del
caballo, gira en torno a la mano del jinete que viene a estar colocada
aproximadamente un palmo por encima de la cruz. El radio de giro es la rienda.
Primera constatación: ambos ejes están invertidos y sus
radios cruzados: la nuca, punto más alto de la cabeza del caballo, gira desde
el eje inferior –articulación cérvico torácica- y la boca, punto más bajo de la
cabeza, gira desde el eje superior, la mano.
Segunda constatación: Un eje es fijo, el inferior -la articulación cérvico torácica- y el eje
superior es móvil, la mano.
Tercera constatación: Movilidad de ambos radios. Las siete
vértebras cervicales que hacen de radio de giro de la nuca, aún siendo el
segmento cervical el más móvil de la columna vertebral del caballo, su
movimiento de flexión extensión –el que aquí y ahora nos interesa- es siempre
el mismo. En cambio, las posibilidades de movimientos del radio rienda son
muchísimo mayores. (Siempre y cuando no nos empeñemos en fijar la mano)
La conclusión de esta segunda causa: sólo conociendo lo que
realmente hacemos, lo que siente el caballo no lo que nosotros imaginamos,
nuestras acciones de manos se irán aproximando cada vez más a lo que deben ser.
Me voy a referir sólo a lo que nos muestran las articulaciones del balancín
(recuerdo las tres principales: mandíbula, nuca y base del cuello): según cómo
las hagamos funcionar, los grupos musculares concernientes, mas fascias,
tendones, ligamentos (de los que pocos cambios podemos ver), funcionarán
correctamente si manejamos adecuadamente los resortes del balancín.
Ya dije que las vértebras cervicales forman una “S” con ocho
articulaciones que le permiten, para el caso que nos ocupa, estirarse o
encogerse. Y nuestra referencia es la nuca. Para que ésta baje o avance, la “S”
tiende a enderezarse, luego el cuello se estira. ¿Y qué hace la mano que
aguanta la parte inferior de la cara? Lo correcto es que la boca del caballo
avance también de acuerdo con la nuca, bien adelantando la mano o bien dejando
resbalar las riendas entre los dedos. Ver figura III.
Pero si esto no lo tiene en cuenta el jinete, la boca se queda a la misma
distancia de la mano solo que más baja por el avance de la nuca. Ver figura IV. Conclusión: el balancín deja de
funcionar bien y se retuerce para encogerse. Y vemos lo que vemos:
encapotamiento. Pero lo peor es lo que siente el caballo: desparece el gesto
confortable y económico porque, en absoluto, es ergonómico. Conclusión: el eje móvil
que es la mano del jinete debe acomodarse en todo momento a la posición
correcta del balancín, cuya referencia más visible es la nuca. Y, como decía
más arriba, las articulaciones que está manejando de continuo la mano del
jinete son tres fundamentalmente: mandíbula (témporo mandibular), nuca (atlanto
occipital) y base del cuello (cérvico torácica). Las otras seis del cuello
dependen directamente de estas tres. En el encapotamiento suele verse la
flexión excesiva de la C2/C3.
3ª.- papel de la articulación de la nuca: no es
que sea la más importante del balancín, sino que además de ser la más visible es
de la que se sirve el caballo para protegerse de las agresiones de las manos del jinete especialmente. D.
OLIVIER añade otro dato importante a tener en cuenta: el brazo de palanca existente
entre filete y/o bocado y la última articulación de la cabeza del caballo, o
sea, la nuca. Como decía antes, buscando el caballo protegerse de una
incorrecta acción de la mano, bloquea la mandíbula y afloja la nuca por la
mayor potencia –mayor largo- de su brazo de palanca. La consecuencia lógica, y
más normal, es el encapotamiento. Y el jinete muchas veces sigue creyendo que
está actuando sobre la mandíbula del caballo.
Otra dificultad añadida del manejo de la nuca es cuando la
cara se queda por detrás de la vertical,
lo que normalmente llamamos dejarle detrás de la mano (paso previo al
encapotamiento): hay que cambiar radicalmente la acción de la mano, abrir el
codo y relajar el brazo ( importantísimo habituarse, mejor, educarse a cambiar
la tensión del brazo) y dejar que la boca del caballo se ponga por delante de
la nuca para que el caballo pueda subir correctamente su cara: Si se quiere
desencapotar a base de tirar de las riendas hacia arriba, lo que se hace es encapotarlo
más.
El primero en citar –y dibujar- los dos ejes de giro de la
cabeza del caballo es JEAN LICART. Como
también fue el primero en dejarnos bien claro el papel de las tres
articulaciones más importantes del
balancín: mandíbula, nuca y base del cuello (y unas cuantas cosas más).
Mi sobrino GONZALO PONS se ha encargado –como siempre- de
los dibujos para visualizar mejor lo que he escrito
Sobre este tema, y desde otro punto de vista, dos
interesantes artículos de LUCY REES publicados en esta misma revista: La
hiperflexión y La tensión
Paz y espero que le sirva a alguien
Estoy totalmente de acuerdo.El que sabe manejar el balancín toca el violín,el que no, toca el tambor.Abrazos,curita.
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