martes, 22 de septiembre de 2015

Balance del Equipo Ocurrencias tras dos años de su creación

Cómo veníamos comentando, el pasado fin de semana marcaría un punto de inflexión en nuestra actividad como equipo desde que hace dos años, El Cura nos convocara para formar parte del equipo que quería crear.

Por un lado, aprovecharíamos para constituirnos como asociación legal, con la finalidad de promover los estudios ecuestres en nuestros país, a través de publicaciones y eventos varios.

Por otro, El Cura, daba una charla en Pineda dentro de la Gran Semana del Caballo Angloárabe, a la que acudía un gran número de personas, entre los que se encontraban propietarios, aficionados y jinetes como Albert Hermoso o Santiago Centenera.



También, hemos decidido hacer abiertas las charlas y exposiciones que hacemos entre nosotros, y en esta ocasión, lo hicimos en Hípica Campoazul. En dichas charlas, nos preparamos una serie de temas que después exponemos y debatimos entre nosotros. Los temas son variados, y en esta ocasión las charlas han girado en torno a la columna vertebral del caballo, el dorso, el rollkur, entre otros.






martes, 15 de septiembre de 2015

¿LA ASOMBROSA Y EFECTIVA EQUITACIÓN AMERICANA = NUESTRA DOMA VAQUERA?

Este artículo lo escribí hace 30 años y se publicó en la antigua Revista Ecuestre
Como creo que sigue teniendo cierto valor pedagógico -y un poco histórico-, lo publico ahora por si a alguien le sirve. Además tengo otra excusa: escribo de nuestra Vaquera. Con todo respeto.
 

Los reyes del 80 (Los Magos, se entiende) me dejaron un libro de caballos –aparentemente uno más- con un título bastante sugestivo. “Equitation et Jumping”, escrito por uno de los grandes jinetes americanos: Bill Steinkraus.
No disponiendo de ninguna referencia, me dispuse a leerlo con cierta curiosidad, no exenta de escepticismo.
Desde los primeros capítulos pude constatar que su planteamiento de la equitación en general y la de salto en particular, era completamente diferente al de la mayoría de los tratados que sobre esta materia abundan por las librerías, más bien como compendio casuístico o como álbum de fotos, cuando no es más que un mero relleno de páginas. No dudo en considerarlo ya como un clásico de la categoría de un Baucher, L’Hotte, Decarpentry, etc. El planteamiento es bien simple: a lo excelso por lo sencillo, o cómo acceder a la perfección desde la comprensión de la equitación.
A partir de entonces, todo lo referente a la monta americana me ha interesado, tanto más cuanto los jinetes de ultramar empezaron a barrer en las Copas del Mundo, haciendo alarde de una savia nueva, tanto sobre PSI americano, como sobre caballos tipo sport del viejo continente. Recordemos a nuestro “Val de Loire B”, adquirido por Melanie Smith en el año 77, a los 12 años, cuando ya estaba en el declive de su vida –así creíamos lógicamente todos los malpensantes- y que resultó ser el Caballo del Año 1978 en USA a pesar de su falta de clase, como reconocía la propia amazona. Pero como decía D. José Jordá, la doma –la de verdad, la suya, plena discreción y ligereza- suple en un gran porcentaje a la clase.
La Copa del Mundo, desde sus comienzos, se ha convertido en un match Europa-Norteamérica. Primeramente las publicaciones periódicas y posteriormente los videos, nos han ido poniendo al corriente del estilo americano. Una monta que cuida fundamentalmente de la impulsión, del equilibrio, de la relajación, de la posición del jinete y de la discreción de las ayudas. Digamos que es una monta estilista y sobria, que a todos los aficionados nos ha seducido. Con un cierto espíritu crítico (en su sentido más vulgar) se le ha tachado de excesivamente homogénea, pero pienso que ahí precisamente estriba su virtud, en cuanto prescinde de todo gesto inútil y busca la armonía de los movimientos.
Pensada en principio para los PSI, finalmente la aplican a todo tipo de caballos, pues desde hace poco más de un lustro se están remontando fundamentalmente en Francia (“I love you”, “Glandor”; “Noren”…), Holanda (“Calipso”) y Alemania (“Livius”). Lo curioso del caso es que a estos caballos europeos de físico tan distinto –y clase-, comienzan por aligerarlos física y mentalmente, hasta darles un cierto aire apurasangrado. Es la puesta en marcha a la americana, según ellos mismos dicen. Su forma de trabajarlos es a favor del caballo y no como los centroeuropeos, que es un trabajo contra el caballo.
Hace unos años, en una final de la Copa del Mundo, viéndoles evolucionar en liso, me vino a la mente nuestra monta vaquera, y no pude por menos de establecer muchos puntos afines entre ambas: colocación de la cabeza del caballo muy alta, pies muy remetidos para mantener la impulsión y el equilibrio atrás, sumisión en la tranquilidad, flexibilidad y ligereza. Posiblemente el punto de divergencia entre ambas, asiento y equipo, vaya condicionado por el tipo de “obstáculo”. El de la pista –llana y de buen piso- está ahí, no se mueve y hay que superarlo limpiamente. En cambio, para el vaquero el obstáculo está en movimiento, incluso se le puede revolver -por eso es un toro bravo- y le toca galopar sobre terreno poco uniforme. Pienso que Bertalan de Nemethy, cambiando el equipo y algún pequeño detalle más, suscribiría una reprise de doma vaquera. Esta monta tan similar a la nuestra es la que ha colocado a los americanos a la cabeza de la equitación mundial. Recuerdo haber leído que en CSIO de New York’82, el jefe del equipo americano, Bertalan de Nemethy, le comentaba a Marcel Rozier, a su vez jefe del equipo francés, que era una pena que “Flambeau C”, siendo el mejor caballo del mundo, no rindiera más del 70% de sus posibilidades, debido a una doma imperfecta. A pesar de su chauvinismo los franceses lo aceptaron.
¿Cómo han conseguido este nivel? Muy sencillo, creando más pruebas. Las “Hunt Seat Equitation”, pensadas en principio para los infantiles y juveniles y finalmente abiertos a los mayores también, en las que puntúan la presentación del conjunto, el equilibrio, la tranquilidad, la posición y el estilo, tanto del caballo como del jinete, en liso y sobre salto. No se trata de ganar de cualquier manera, sino de hacerlo bien, correcto y con cabeza. Lógicamente, acaban ganando por su bien hacer. Fueron los belgas, hace 5 años, los primeros en ensayar con éxito este tipo de pruebas en el viejo continente. Inmediatamente crearon el Reglamento correspondiente y que puede resumirse de la siguiente manera: las pruebas están abiertas a todos los jinetes montando cualquier tupo de caballo. El recorrido consta de un mínimo (y casi máximo) de 8 obstáculos de una altura y una anchura entre 0,90 y 1,10 m. el 30% de los puntos se atribuyen al estilo y posición del jinete. Un 20% a la sumisión del caballo, 15% al comportamiento del caballo sobre el salto y un 15% al galope. El 20% restante, distribuido por mitad, a la presentación del jinete y del caballo. En cuanto al recorrido propiamente dicho se le juzga según un baremo A, deduciéndose las faltas del total de la presentación. Entre los campeones de las primeras ediciones, nombres tan familiares como los de los hermanos Blaton (Michel y Evelyn) y François Mathy.
Nuestros vecinos los franceses acaban de darle luz verde, estableciendo un reglamento y un calendario de pruebas para este mismo año. Mientras tanto en España, no conseguimos pasar de los exámenes de monitorado. Y los infantiles a montar como lo que no son ni deben serlo: como mayores.
                                                                                                                                                  El Qra



P.S. ¿Cuántas jacas y caballos puestos a la vaquera conocidos que han dado de sí más de lo que su físico nos daba a entender? Ejemplos: “Muñeca”, “Pino”, “Phardisoa” (creo que procede de la vaquera), “Bolero”, “Guinea”, “Tirabeque”, “Neferto” y un larguísimo etcétera. Sería interesantísimo que Luis Ramos Paul nos expusiera su opinión al respecto.

   Paz y espero que le sirva a alguien   

viernes, 4 de septiembre de 2015

MANOS SIN PIERNAS. PIERNAS SIN MANOS. Publicado en la revista Ecuestre



Esta es una de las frases magistrales que nos legó BAUCHER.
Y, creo, fácil de entender y retener. La explicación a alumnos novatos –y no tan novatos- viene a ser: “ Cuando empujes con las piernas, previamente brazo relajado y rienda floja, o sea, adelantando la mano. Y cuando cierres dedos para acortar o parar, las piernas que se mantengan  totalmente quietas. En definitiva, que nunca el caballo sienta manos y piernas a la vez. ”
Hoy en día, en lugar de decir “Manos sin piernas y piernas sin manos” se utiliza la expresión “independencia de ayudas”. Expresión que da mucho de sí, creo, y que cada uno puede interpretar a su manera porque el lenguaje hípico sigue siendo muy ambiguo – con una base científica nula o casi- por lo que fácilmente puede contentar a todos (el que no se consuela es porque no quiere). Desde luego al que no contenta en absoluto es al caballo. ¿Razón?
Manos y piernas tienen funciones polivalentes –de la polivalencia de las manos vengo hablando desde artículos anteriores- pero cuando actúan instintiva y simultáneamente siempre lo hacen de la misma manera: las manos frenan y las piernas empujan. El equivalente en un coche a apretar el freno y el acelerador a la vez. El caballo, que también es una máquina, pero animal y con una buena voluntad increíble, acaba aceptando la situación de recibir órdenes contradictorias y  responde de una manera más o menos aproximada (más bien menos que más) a la intención del jinete. Y éste se conforma.
Pero ¿por qué utilizamos ayudas contradictorias, incluso muchas veces sin querer? Por una razón muy sencilla, mejor dicho, por un motivo totalmente natural: nuestros movimientos son, siempre, simétricos; porque representan la mayor economía del esfuerzo en nuestros desplazamientos, incluso cuando gesticulamos hablando. Esto es fácil de comprobar precisamente cuando gesticulamos, por ejemplo. Si pensamos en ello, comprobamos que cada vez que movemos manos y/o brazos a la vez, los movimientos siempre son simétricos. Y esta simetría corporal no es sólo de derecha e izquierda sino también de arriba y abajo. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando aprieto las piernas, instintivamente aprieto los brazos, y cuando  relajamos piernas, relajamos brazos. O viceversa.
Y cuando monto, no soy yo el que me desplazo sino es el caballo el que lo hace por mí. Así, la manera de utilizar mis manos y mis piernas como caballista cambia totalmente respecto a la manera de hacer como peatón. Y este cambio exige  conocimiento, atención y esfuerzo, para repetir las veces que sean necesarias hasta llegar a automatizar el nuevo manejo o desempeño de mis manos y piernas. Y ellas responderán mejor o peor según haya sido el entrenamiento  recibido.
Una de las ideas a erradicar en la inmensa mayoría de caballistas, es la de creer que el paso de saber lo que quiero hacer a su correcta ejecución es simple y rápido. Y resulta que no es verdad. El esfuerzo por saber y conocer mejor es mínimo comparado con el que representa una atenta ejecución.  Y el gozo de una correcta sincronización caballista-caballo compensa con creces el esfuerzo concentrado para conseguirlo.
MANOS SIN PIERNAS. PIERNAS SIN MANOS.
Fácil de decir y difícil de hacer. Pero al final, el esfuerzo queda recompensado con creces. Y el caballo, encantado de la vida… que le damos      

   Paz y espero que le sirva a alguien