Los ganaderos deben ser
absolutamente conscientes del nivel de
calidad de sus reproductoras, ya que su calidad, -nunca la cantidad-, va a determinar el éxito o fracaso en la venta
y decidir el futuro de su ganadería.
En líneas generales, un ganadero
puede estar satisfecho de su trabajo, y puede considerar que ha tenido éxito, si
al menos parte de la producción de una yegua madre es mejor que ella, es decir
si al menos algunos de los hijos de una yegua son mejores que ella.
Según las yeguas se van haciendo
viejas, todo ganadero debe considerar el reponerlas por otras más jóvenes, la
reposición debe ser al menos por una yegua de igual calidad, -aunque esto es
arriesgado-, y lo lógico es que sea hecha por animales de mayor calidad que sus progenitores.
El índice de reposición es
la manera en la que sustituyo a una reproductora por otra nueva. Lo lógico para
sustituirla es porque la nueva es mejor y la madre se va haciendo vieja y ha
cubierto las expectativas que se tenían de ella.
Tradicionalmente, al menos en
nuestro país, la mayoría de la reposición de reproductoras se hace con sus
propias hijas (hembras) nacidas en la yeguada, conservando sus propias líneas,
y con ellas su genética. Entonces la
pregunta a contestar es: ¿Cuánto tiempo
pasa desde que tengo una yegua madre reproductora hasta que consigo una hija
mejor que ella como reproductora?
Vamos a verlo desde un enfoque
puramente económico.
0 Año : Tengo una madre
reproductora y hago la cubrición de mis sueños.
1 Año Pare un producto, que puede ser macho o
hembra.
En el caso más favorable de los
posibles para el ganadero, este producto va a ser hembra y además vamos a
suponer que el primer producto ya cubre las expectativas de ser mejor que la
madre.
2 Años: La potra tiene 1 año.
3 Años: La potra cumple 2 años.
4 Años: En el caso de los Pura Raza Española que pasan la valoración de apto como reproductor
a los 3 años cumplidos. Cubro a la potra con el semental de mis sueños.
Año 5: El año de gestación de la
potra, hasta que tiene el primer producto.
En este caso, que es el más
favorable para el ganadero, los costes de la reposición son: los del primer año
de gestación de la yegua + los gastos
anuales de la potra multiplicados por 4. Vamos a decir que los gastos anuales de mantenimiento por 5 años.
Si el criterio de selección son
las PSCJ, o Pruebas de Selección de Caballos Jóvenes (ciclos de caballos
jóvenes), como parece ser que es la corriente actual en Europa, y que aquí fomentan tanto el Ministerio de
Agricultura como las Asociaciones de Criadores, entonces el tiempo de
reposición de una reproductora por su hija, que es mejor que ella, se alarga de
la siguiente manera:
Hay que esperar a que la hija
compita en el ciclo de las PSCJ que es de 4, 5 y 6 años. Por lo que nos encontraríamos en:
0 Año: Si tengo una madre
reproductora y hago la cubrición de mis sueños.
1 Año Pare un producto, que puede ser macho o
hembra.
En el caso más favorable de los
posibles para el ganadero, es hembra y además vamos a suponer que el primer
producto ya cubre las expectativas de ser mejor que la madre..
2 Años: La potra tiene 1 año.
3 Años: La potra cumple 2 años.
4 Años: La potra cumple 3 años.
5 Años: Primer año del ciclo de
las PSCJ, para potros de 4 años.
6 Años: Segundo año del ciclo de las
PSCJ, para potros de 5 años.
7 Años: Tercer año del ciclo de las
PSCJ, para potros de 6 años.
8 Años: Cubro a la yegua con el
semental de mis sueños.
9 Años: Nace el primer producto.
En este caso, que es el más
favorable para el ganadero, los gastos anuales de mantenimiento por 9 años +
Gatos de competición.
Esta es la situación ideal más
favorable para el ganadero: que el primer producto sea hembra y que ésta sea mejor
que su madre.
La realidad no suele ser así, ya
que existen algunos trabajos hechos con PSI de carreras, en los que se
demuestra estadísticamente que los mejores productos de las madres, los que la
superan de verdad, se producen principalmente en la cuarta cría, cuando la
madre ya tiene suficiente experiencia en la crianza, y suele ocupar un rango
más elevado dentro de la jerarquía de la manada.
Parece ser que los números pueden
variar del caso más favorable:
Gastos anuales de mantenimiento X 5 = Costes de 1 hembra para reponer
en el caso más favorable, en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 9 + Gastos de competición = Costes de 1 hembra para reponer en el caso
más favorable, si la elección se hace a través de los PSCJ + Gastos de
competición.
Al caso más posible, si atendemos el trabajo en el que el mejor
hijo de una yegua estadísticamente suele ser el 4º, los gastos de reposición
serían:
Gastos anuales X 9 en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 13+ Gastos de competición = Costes de 1 hembra para reponer si la selección
se hace a través de las PSCJ.
APLICACIÓN PRÁCTICA DEL ÍNDICE DE REPOSICIÓN
Lo primero que un ganadero debe
hacer, y más en los tiempos actuales, es cuestionarse la calidad de cada una de
sus yeguas. Para hacer esto es imprescindible tener información de su yegua,
cuanto más mejor. Sobre todo conocer sus excelencias.
En el panorama actual de la cría
en España ya raramente se cumple esto. En un porcentaje enormemente alto, que
me atrevo a decir del 90% o más de las yeguas, falta información. Lo absolutamente
normal es que las yeguas jamás hayan competido, que ni siquiera se hayan
domado, y como guinda no solo no se han domado o competido ellas, sino que
tampoco lo han sido sus hermanos, madre, padre, tíos abuelos y demás parentela.
En la mayoría de los casos los
ganaderos se conforman con saber, a duras penas por hablar con algún
“entendido”, los defectos morfológicos que tiene su yegua, y no por haberlas presentado
a pista donde un juez -más formado-, le habría dicho los defectos y virtudes de
su animal. El competir a un animal no solo sirve para saber sus cosas buenas y
defectos, sino que también sirve para saber qué lugar ocupa con respecto a los
demás, es decir para contrastarlo.
Con esto quiero decir que cada ganadero suele saber perfectamente cual es el
mejor animal de su casa, pero les falta la comparación de su mejor animal, con
los otros mejores animales de otros ganaderos. Tal vez su mejor animal es de
los últimos en comparación con lo de los demás, o no.
Una vez en ese punto, y de una
manera u otra, el ganadero ha logrado saber que tiene un animal con 2, 3, 4 o
el número de defectos que sean. Su intención habitual es reponer a esa madre
con una hija, que se supone es mejor que ella. Lo normal también es que la mejor hija haya corregido algunos de los
defectos de la madre, y atenuado algún otro, del que aún queda algo patente. Lo
excepcional sería que la mejor hija haya corregido todos los defectos de la
madre.
Aprovecho para volver a escribir
esta buena frase:
A) Mediocre
Más Mediocre: sólo producen excelentes por accidente.
B) Excelente Más Excelente: produce mediocres por
casualidad.
C) Excelente Más Mediocre: marca la pauta el más
homocigótico.
El problema que debe plantearse
el ganadero es:
Yo tengo una yegua con X
defectos.
Para conseguir una hija mejor y
reponer a la madre, en el caso más favorable y excepcional que no tenga ningún
defecto, o en la que los defectos de la madre se hayan atenuado, voy a
necesitar en dinero:
Del caso mas excepcional y favorable para el ganadero (el menos
probable).
Gastos anuales de mantenimiento X 5. en los Pura Raza Española sin
competir.
O bien:
Gastos anuales X 9 + Gastos de competición. Si acudimos a las PSCJ:
Al caso más posible:
Gastos anuales X 9 en los Pura Raza Españoles, sin competir.
Gastos anuales X 13+ Gastos de competición = Costes de 1 hembra para reponer si la
selección se hace a través de las PSCJ.
Si suponemos un coste de
mantenimiento de una yegua en una finca o ganadería, tirando muy por lo barato
de 1.000 € anuales, las cifras serían:
El coste para reponer por una
hija, ya sin defectos o con defectos atenuados, a partir de mi yegua madre que
al menos tiene dos defectos, va desde el caso más excepcional y favorable: 5.000 € al caso más posible de 9.000 €
Si pretendemos acudir a las pruebas
del ciclo PSCJ.
Gastos en el caso más favorable=
9.000 € + gastos de competición*,
que corriendo únicamente dos competiciones al año (la clasificatoria y la
final) suponen un desembolso mínimo de 1.000 € al año. Como corremos el ciclo
de 4, 5 y 6 años, es decir tres años compitiendo serían 3.000 € más. Lo que nos
daría 12.000 €.
Gastos en el caso más posible= 13.000 + gastos de competición*= 16.000
€.
*Los gastos de competición entre
licencias, entrenamientos, surtido de
accesorios varios como sudaderos, montura, vendas, mantas, protectores
de embarque , camiones, alojamiento, inscripciones y el largo etcétera , haciendo solo dos concursos anuales, que en
las PSCJ sería una clasificatoria y la final, que son el mínimo obligado,
suponen un mínimo de otros 1.000 € al año.
CONCLUSION
El ganadero tiene que analizar a
cada una de sus yeguas, y preguntarse: ¿Crío con esta yegua, que tiene dos o
más defectos, hasta conseguir una hija mejor y sin defectos, o con los defectos
atenuados, que me va a costar en el caso más probable 9.000 €, o bien la vendo
e invierto los 9.000 € más lo que me den por la madre en una futura
reproductora ya sin defectos?
Tal y como está el mercado de las
yeguas y potras hoy en día, las probabilidades de adquirir una yegua o una
potra de óptima calidad para la cría desde 5.000 a 9.000 € son
abundantes, y de conseguir un animal de calidad óptima y contrastado en las
PSCJ por 12.000 a 16.000 € también lo son.
Siendo una apuesta muchísimo más segura.
Si a pesar de haber llegado hasta
aquí leyendo y aún duda si mantener una yegua mediocre o mala pagando mes a mes
el dinero antes he expuesto como gastos o cambiar de golpe a una mejor
reproductora, aun hay otras dos razones que, en mi opinión, inclinan aún más la
balanza para hacer el cambio a una yegua de calidad, sin defectos y, si es
usted sensato, contrastada. Estas dos razones son:
·
El tiempo: Durante los 5 a 9 años que dura el proceso
hasta que obtienes a una hija que sea mejor que la madre, por desgracia es muy
posible que pasen muchos imprevistos. ¡La de disgustos que dan los caballos!:
heridas, cólicos, lesiones, accidentes que pueden ocurrir en cualquier momento
y a los que la gente de caballos, por desgracia, nos tenemos que acostumbrar.
·
Si usted no tiene la yegua o potra buena, la
tiene otro ganadero, su competencia. Si usted espera mejorar de reproductoras a partir de una yegua
mediocre en los próximos 5 a
9 años, su competencia también. No acortará distancias con la competencia……… o lo que es lo mismo siempre se mantendrá
menos competente.
Aunque la falta de toda lógica o
sentido, incluido el sentido común, indica que es una insensatez el criar con
yeguas de calidad mediocre o sin competir, sin estar contrastadas, hay una excepción por la que una yegua puede
pasar a la cría directamente y es por el
origen – por su genealogía-, cuando son hijas una gran campeona, o hermanas
y tías de una gran campeona, pero siempre a través de la línea materna pura (la madre, de la madre, de la madre).
Paz y espero que le sirva a alguien.
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