jueves, 24 de octubre de 2013

EL PRINCIPITO Y LA EQUITACIÓN. Publicado en la revista Galope nº70

Mi nieta ya iniciándose en la lectura de El Principito. Lola Pérez Sales


Siempre que hablo de la filosofía de la Equitación, inevitablemente pienso en El Principito. Muchos –y sobre todo muchas- de los que me leéis, también lo habréis leído. No en balde, parece ser, es el libro, junto con la Biblia, mas leído de todos los tiempos.
Desde luego es un libro muy especial: desde un cuento  para niños hasta un manual de vida plena para un adulto.
Cuando doy cursillos sobre Fundamentos de la Equitación, que es lo mío, siempre recomiendo su lectura y, a continuación , una reflexión hípica sobre los capítulos XXI, X y V. Y, precisamente, por este orden.
Orden que voy a seguir para exponer mis razones sobre la filosofía aplicable a nuestra Equitación
Capítulo XXI
No sólo es el mejor capítulo del librito, sino un verdadero monumento de la literatura universal. En él se narra –se fabula- el encuentro del Principito con el zorro.  Después de un frío saludo entre ambos, el Principito le pide al zorro que juegue con él  y éste le responde que no puede porque “no está domesticado”.  Como el Principito no entiende lo que quiere decir domesticar, el zorro se lo aclara:
   --Es algo demasiado olvidado –dijo el zorro-. Significa “crear lazos” 
   --¿Crear lazos?
   --Claro –dijo el zorro--.  Para mí tú no eres todavía mas que un niño parecido a cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Pero si me domesticas , nos necesitaremos el uno al otro.. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo
Este comienzo de conversación debe aclararnos nuestra relación con el caballo, sea de competición , de ocio o de compañía, ya que las posibilidades de relacionarnos con él tienden al infinito.
Aunque el status del caballo ha cambiado desde mediados del siglo pasado –hoy en día ya no es un importante instrumento de trabajo- y, seguramente debido a una mala educación por parte de los enseñantes de la equitación  -a su vez, indebidamente educados-, aún queda un largo trecho por recorrer en cuanto a respeto y conocimientos. Si pensamos este capítulo en términos hípicos, nos acorta mucho el camino.
El eminente zoólogo DESMOND  MORRIS,  comienza su interesante libro “EL Caballo, comprenderlo y entenderlo” (editorial Plaza y Janés) diciendo:
“Si el perro es el mejor amigo del hombre, del caballo podría decirse que es su mejor esclavo………. Siempre al servicio de la ambición humana……..  Tan prolongada explotación ha sido posible gracias a su extraordinaria  predisposición a colaborar con los hombres…… Al caballo le ha costado caro tener tan buen carácter”
Este era el concepto  más extendido  que se tenía del caballo hasta, aproximadamente, el cambio de status del mismo. Incluso  los Generales  L’HOTTE y DECARPENTRY, por poner dos ejemplos  de autores muy importante, hablan de la sumisión del caballo. Recientemente, DOMINIQUE OLIVIER, en su libro “Equitation, emploi des forces du cheval”  (Editions Chiron, 1997) subraya:
“Si el hombre, en sus relaciones con el caballo razonara más en términos de cooperación que de sumisión, desarrollaría una cultura que le situaría por encima de la simple satisfacción de ser obedecido por el animal”
Finalmente, JEAN-LUC CORNILLE, para mí uno de los estudiosos --del caballo y de la equitación-- más importante hoy en día, habla siempre de la educación basada en la asociación de dos inteligencias, la del jinete y la del caballo. Y “este tipo de educación se basa en la bondad y el respeto “.  Muy recomendable su página web “The Horse in Motion”
Así pues, el Principito nos muestra, de una manera poética, la relación ideal entre la persona y el caballo: los lazos que se van creando gracias al respeto mutuo y al conocimiento. De este último yo casi diría “conocimiento profundo” por parte de la persona.  Lamentablemente, el profesional de la Equitación se preocupa poco por profundizar en la mente y el funcionamiento del cuerpo del caballo (la Equitación es puro movimiento). Estos lazos exigen mucha paciencia y  también respeto a los ritos. Paciencia y tiempo son indisociables. En nuestro número nos empeñamos en recurrir muchas veces a palabras extranjeras como si nuestro idioma fuera más pobre que otros cuando, gracias a Dios, disponemos de uno de los mas ricos. Lo digo por la costumbre de utilizar “timing” cuando hablamos de coordinación o tiempo oportuno.   Y el colmo son las palabras alemanas impronunciables, tanto mas cuanto la mayoría de los que las utilizan saben poco  alemán. Volviendo al tema de la paciencia, diría que lo contrario de ella son las prisas. Y éstas suelen abundar mucho en nuestra relación con el caballo. Ir paso a paso y, sobre todo, saber en cada momento dónde se está. Si importante es  para nosotros, humanos, el sentido del futuro –sentido del que carece el caballo--, tan importante es el sentido del presente, saber dónde estamos realmente. Precisamente porque el caballo sólo está instalado en el presente;  y  SU presente debemos asumirlo
--Hay que tener mucha paciencia –contestó el zorro-.  Empezarás por sentarte un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no  dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco mas cerca
El tema del rito creo que es importantísimo para los caballos. Razón fundamental: el cerebro del caballo, como el de todos los animales, carece de la corteza prefrontal , origen del razonamiento,  privativa del hombre. Luego la única manera de aprender del caballo es por asociación y por repetición y que lo que se le pida sea genéticamente posible. Desde JENOFONTE hasta los autores modernos, el hablar del “natural del caballo” era algo habitual   en todos ellos. Hoy en día, que sabemos mucho mas,  buscamos la optimización en la coordinación de gestos del caballo –lo que yo entiendo como gesto confortable y económico-, en vistas a algo NO natural (salto, domas varias, raid, enganches, incluso carreras que, se supopne, es lo mas natural para el caballo). Pienso que lo que veo en cualquier tipo de competición,  no tiene nada que ver con la vida “natural” del caballo. Pero el rito es muy importante para este aprendizaje: sólo las mismas causas producen los mismos efectos. En lenguaje hípico: sólo los mismos gestos del  caballista  producirán las mismas respuestas en el caballo. Para lo bueno y para lo malo. ¿Cuántas cosas consentimos en el trabajo cotidiano –sobre todo al paso, e incluso al trote- y que al galope o en la competición, no nos gustan y no sabemos cómo corregir? Sigo pensando que lo que sembremos al paso, recogeremos al galope. ¡El problema es interiorizarlo!, es decir, reflexionar sobre ello y aplicarlo a nuestra diaria equitación. Recuerdo las palabras de BEUDANT: “Observar, reflexionar  y tratar de hacerlo lo mejor posible. Y no culpar al caballo de nuestros errores”
Al final del capítulo XXI, cuando el Principito se despide del zorro, éste le dice:
   --Adiós –dijo el zorro-. Este es mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos   
Esta es, sin duda, la frase mas universal de este cuento universal.  HERACLITO ya nos dijo que “lo sabio es trascender el mundo de las apariencias”. Y con múltiples aplicaciones. Por ejemplo, veo a mucho aprendiz de caballista joven queriendo imitar a grandes jinetes: siempre sobre lo mas aparente (y que no suele ser una de sus virtudes).. También es verdad que el talento es de muy difícil transmisión. Creo muy buena la actitud que sugiere KARL MIKOLKA –uno de los últimos jefes de la Escuela de Viena-:  “Mantén el oído abierto a las necesidades del caballo, y un corazón abierto a sus limitaciones físicas y mentales”
    --No hay nada perfecto  --suspiró el zorro
¿Cuántas veces le pedimos a los caballos la perfección, no sólo desde una posición imperfecta , sino también desde unos conocimientos o una concentración imperfecta? Como decía antes, si importantes son los objetivos –el futuro- , igualmente lo es el presente. Como decía nuestro ANTONIO MACHADO: “caminante no hay camino, se hace camino al andar…..”.  En definitiva, yo creo que lo importante es la progresión: saber dónde se está  y saber avanzar por el mejor camino. Con criterio, o con conocimiento (cuanto mas profundo, mejor)
Ultimas reflexiones  del zorro:
   --El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante
   --Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro--. Pero tú no debes olvidarla. Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa
Capítulo X
Este capítulo –el del rey absolutista--, como diría mi amigo CAROLO LOPEZ QUESADA en el foro de su página web,  es de una importancia brutal en el quehacer diario a caballo. Resumiendo:  “sólo se deben dar órdenes razonables”. O sea, no se le puede pedir al caballo nada que en ese momento no pueda hacer  (ésta frase pedagógicamente no es la mas adecuada porque habla en sentido negativo. Pero es la pura realidad). Yo creo que para llegar a dar “órdenes razonables”  conviene tener bien presente la oración  del DOCTOR NIEBURH: “Que Dios me dé paciencia y serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, coraje y fortaleza para cambiar las que sí pueda y sabiduría para discernir ambas”
Tal vez la frase mas bella de este capítulo sea:
   --Hay que exigir a cada uno lo que cada uno pueda dar –prosiguió el rey--. La autoridad se apoya ante todo en la razón. Si ordenas a tu pueblo que vaya a tirarse al mar, hará la revolución. Tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables
Y otra frase también hípicamente importante:
   --Pues te juzgarás a ti mismo –le respondió el rey--. Es lo mas difícil. Es mucho mas difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás….. Si consigues juzgarte bien es que eres un verdadero sabio.
¡Cuántas  veces somos jueces y parte!  Posiblemente sea lo que mas retarda la progresión en la Equitación. En ALLEGE IDEAL  leí: “En el deporte utilizamos a los caballos para nuestro placer personal, lo cual conlleva una pesada responsabilidad. Hemos de admitir que el caballo es un compañero inocente de nuestras ambiciones” . Y hace dos tercios de siglo JEAN LICART  nos advirtió:  “El jinete no actúa por el bien del caballo, sino por una mayor facilidad de manejo y para su comodidad”
Capítulo V
En donde explica el drama de los baobabs: una semilla, como tal insignificante, que producía una planta mala que debe ser arrancada  en cuanto se la pueda reconocer. Y  si un baobab no se arranca a tiempo,  ya no es posible librarse de él jamás. Obstruye todo el planeta
   --Es cuestión de disciplina –me decía mas tarde el Principito--.  Cuando uno termina de asearse por la mañana, tiene que asear cuidadosamente el planeta. Tiene que someterse a arrancar con regularidad los baobabs  en cuanto se los distingue de los rosales, a los que se parecen mucho de pequeños. Es un trabajo muy fastidioso , pero muy fácil
El equivalente en el TAO TE KING:
“Lo que es reciente es fácil de corregir”
“Lo que es frágil, es fácil de romper”
“Lo que es pequeño es fácil de dispersar”
“Prevenir los problemas antes de que se planteen”
“Poner las cosas en orden antes de que existan”
Lo difícil a caballo –o con el caballo- es tomar conciencia del inicio de sus “desviaciones”.  La mayoría de las veces no les echamos cuenta porque, en ese momento, no son importantes para nosotros, pero el caballo no piensa lo mismo. A su manera, el se dice: ¿si lo he estado haciendo antes, ahora por qué no?. Los caminos de los caballos, no son nuestros caminos. O sea, sus motivos no son nuestros  motivos. El gran y complejo problema del caballista está en aprender a hacer amar al caballo sus motivos, los del caballista.
Estas, y yo creo que mas, son las reflexiones  con las que El Principito nos ayuda a ser mejores aprendices de caballista

 Paz y espero que le sirva a alguien

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