lunes, 30 de septiembre de 2013

JENOFONTE

 

Al tener que escribir sobre Jenofonte en la Antologia de la Literatura Ecuestre y siendo lector habitual del blog EQUITACION VAQUERA -de la familia Calderón-, transcribo lo que dice dicha página e invito a echar un vistazo a la misma. Sin lugar a dudas es una página que educa.
Poco que añadir para dar una idea sobre el pensamiento del autor.
Creo que no está traducido al castellano. 
Yo tengo las versiones bilingües -griego/francés- de ambos libros, editados por la SOCIETÉ D'EDITIONS <<LES BELLES LETTRES>>.
Sólo quiero añadir la frase -para mí importante- con que empieza su segundo tratado "Sobre el Arte Ecuestre", y que escribió ya septuagenario:
<Habiendo llegado a practicar durante muchos años la equitación, <considero haber adquirido experiencia en el arte ecuestre, por lo que  <quiero indicar a los más jóvenes de mis amigos la manera en que <creo que pueden tratar lo mas correctamente posible a los caballos>
Según su traductor EDOUARD DELEBEQUE, este libro lo escribió pensando en sus dos hijos.
Paz y espero que le sirva a alguien

JENOFONTE




Fue el primero que escribió sobre la hípica y los caballos.

Nació el 430 a.C. en el demo Ático de Erquía, a 15 km de Atenas (Grecia), hijo de Grilo y Diadora. Eran los primeros años de la guerra del Peloponeso, sobre esta guerra escribió el libro “Helénicas”. De familia muy acomodada. Practicó la equitación como los jóvenes ricos de la época. Jenofonte se consideraba amigo y discípulo de Sócrates, pero no perteneció a su círculo más estrecho en el que figuraba Platón. Pero la influencia de Sócrates aparece en los escritos y obras de Jenofonte. Por su origen noble Jenofonte se situó en políticas conservadoras.

Por el año 404 a.C. se estableció en Atenas el Régimen de los “Treinta Tiranos” con el apoyo de Esparta del que Jenofonte fue partidario, derrocado este Régimen, se restableció la democracia. Jenofonte decidió abandonar Atenas.

En el año 401 a.C. se unió a la expedición llamada de los Diez Mil, de Ciro el Joven que pretendía derrocar del trono de Persia a su hermano Artajerjes II, compuesto este ejercito por mercenarios a sueldo. Ciro no desvelo el objetivo de la expedición hasta que no llegaron a Persia. Mataron a Ciro y ese ejercito de mercenarios regreso a Grecia tomando uno de los mandos el mismo Jenofonte, sobre esta expedición escribió el libro llamado Anábasis. Después participo junto a las tropas espartanas en la batalla de Coronea en contra de los atenienses, esto le ocasiono el destierro. Los espartanos premiaron a Jenofonte donándole una hacienda llamada Escilunte, cerca de Olimpia, donde llevo una vida tranquila con su esposa Filesia y sus dos hijos gemelos Grilo y Diodoro, dedicándose a la cría de caballos y a la escritura. Tuvo que dejar la finca cuando Esparta perdió la batalla de Leuctra ante los tebanos. Estuvo en Corinto hasta que pudo regresar a Atenas por el 368 a.C. cuando Atenas y Esparta acordaron una alianza. Hasta que murió en el 356 a.C. con más de 70 años los paso en Atenas escribiendo. Entre los géneros de escritura que practico están: la historia, el ensayo, la biografía, etc., entre las obras que escribió se encuentran: Helénicas, Anábasis, Ciropedia, Hierón, Económico, etc.

En su obra expresa la esperanza de superación de las circunstancias adversas. Simpatizante de un ideal de una vida simple, sencilla y la autentica vida natural. Amante de las penalidades y el esfuerzo.

Jenofonte y los caballos. Sus dos obras Hipárquico (Hipparchikós) que significa “Jefe de la caballería” donde trata de las funciones de esta persona; la otra obra Hippike “Sobre la Equitación” donde da consejos convenientes para mejorar la caballería. Estableció las bases del arte ecuestre clásico. Con ideas sobre la Hípica muy evolucionas. En sus escritos aparecen sus principios ecuestres sobre la doma y el adiestramiento de caballos jóvenes, ejercicios de equilibrio y flexibilidad, cambios de andadura y dirección, círculos y piruetas. Enseño a saltar a sus caballos. Se preocupo por la mente del caballo y estableció el valor de los premios y el castigo. Jenofonte enseñaba que hay que tratar con paciencia a los caballos y no aprobaba el uso de la fuerza para lograr los objetivos. Afirmaba que el jinete que obligaba a su montura con el látigo, lo único que conseguía era el miedo, ya que la asociación que existe en esta acción es de dolor con el objeto que les atemoriza. Jenofonte montaba a pelo con los muslos desnudos y decía que el contacto directo con el pelo del animal aumentaba la adhesión. Por eso le gustaban los caballos con buen dorso.

Frases conocidas de Jenofonte:

“Lo que es arrancado por la fuerza y sin comprensión no es jamás bello.” “Todo aquello que es forzado y malentendido no puede ser bello”.

“Los caballos jóvenes deben ser educados de forma que no solamente quieran al hombre, más aún, que lo busquen”.

“Nunca debes maltratar a tu caballo cuando estés encolerizado; pues hay en la cólera algo de irreflexión por la que frecuentemente se hacen cosas de las cuales hay que arrepentirse”.

“Si se logra que el caballo tome el paso que él adoptaría a su voluntad cuando despliega su belleza, aparecerá alegre y magnífico, orgulloso y feliz de haber sido montado”.

“Alentándole para que adopte las actitudes y gracias que naturalmente adopta cuando realiza una exhibición, ya has logrado lo que anhelas: un caballo que disfruta siendo montado, un animal espléndido y vistoso, la alegría de todos los espectadores... La nobleza misma de los hombres se descubre de la mejor forma en el manejo de tales animales... Estos son los caballos que montan los dioses y los héroes”.

“Si lo recompensas con un trato amable cuando ha cumplido tus mandatos y lo reprendes cuando desobedece, lo más probable es que termine haciendo lo que quieras. Este principio es válido en todas las ramas de la hípica”.

“Los jinetes que obligan a sus monturas con el látigo, no hacen sino reforzar su miedo, porque entonces asocian el dolor con el objeto que los atemoriza”.

“Si empujamos a un potro tanto que protesta con violencia, desmontaremos cuando está calmado”.



viernes, 6 de septiembre de 2013

XII Jornadas Nacionales del Caballo Hipano-árabe

Mi amigo Antonio  me ha enviado el programa y cartel de las XII Jornadas Nacionales del Caballo Ha q se está celebrando en Ecija. Como para colgar esto en mi blog resulta que necesito a mi cirineo informático, éste acaba de volver de sus vacaciones estivales; razón por la que me ha sido imposible publicarlo antes. Pero aún quedan dos días del evento.......
Sí quiero aprovechar la ocasión que me brinda Antonio para dar mi opinión sobre el caballo Ha.
En las décadas de los sesenta, setenta y principios de los ochenta, en los concursos de salto, predominaba el caballo nacional tres sangres. Mi enrtretenimiento en investigar sobre el caballo por entonces, fué hacerme con un fichero de caballos nacionales para sacar conclusiones o, como me decía entonces, denominadores comunes. 
Mi conclusión de entonces, y que todavía perdura: 
En España, de las madres mejores para criar caballos cruzados de deporte, sigo pensando que son las yeguas Ha. Me atrevo a decir que incluso hoy día, año 2013. Resulta que por aquellos años cantidad de caballos buenísimos eran hijos de yeguas Ha. No puedo hablar de todos, pero sí citar a algunos de entonces que hoy, seguro, seguirían siendo buenísimos. 
Quizás, nieto de yegua Ha, del hierro de Perez Tabernero, fué subcampeón del mundo con José Alvarez de Bohorquez    
Niñero II, del hierro de García Mateos, fué el primer ganador del GranPremio de Caballos Nacionales. De esta ganadería salieron buenísimos caballos Ha, pero los mejores fueron los hijos del PSI Riu Kiu. Una simiente desaprovechada. Enrique Bidón supo sacarle un buen rendimiento pero pronto se cansó... o tuvo que dejarlo
Habanero y compañía, del hierro jerezano del corazón -de Gabriel Mateos-.
Lobato, del hierro de Veragua, que tuve la ocasión de montarlo, no daba ninguna sensación fuera de la pista como compitiendo. Era incríble la seguridad que daba sobre saltos de mas de metro cuarenta. Dos o tres hermanos suyos mas  que poco tenían que envidiarle; eran hijos de  Despendolao, un Psi muy guapo pero mediocre en el hipódromo, y de yeguas Ha.
Y acabo con una yegua que tuve -gracias a mi cirineo informático Carlos-, la Dar Amezas. De los miles de caballos que he montado -entre tres y cuatro mil- es, sin lugar a dudas, el de mas clase que he montado. Apenas pesaba cuatrocientos kilos y rayaba el metro sesenta. En apariencia era una yegüita para metro veinte. Pues con la misma facilidad saltaba el metro treinta y cinco. Apenas pudimos disfrutar de ella mi hijo y yo durante un año. Era hija del PSI Alavés -mucha clase por su origen, pero nada mas-, y de una yegua Ha del hierro de Veragua
¿Qué es lo que creo que aportan las yeguas Ha?:  clase, equilibrio, valentía y elasticidad. Hechuras y potencia, que las aporten los padres centroeuropeos. Lamentablemente pocos opinan como yo. Pero yo mantengo mi opinión porque tengo un fichero de mil caballos que me avalan. Discrepo con amigos ganaderos pero sigo siendo amigo de ellos.
Paz y espero que os sirva a alguien