viernes, 2 de agosto de 2013

UNA FILOSOFIA DE LA EQUITACION. Publicado en la revista Galope nº69 con el título "El deseo de montar mejor"

Casi como si fuera un “tornillazo” de un caballo, cambio de dirección y, en lugar de seguir  escribiendo sobre el salto, me adentro en el camino de la filosofía de la Equitación. Un camino que sé dónde comienza, y aproximadamente, a dónde quiero llegar, pero sin tener conciencia de los vericuetos por los que transitar. (Espero no caerme del caballo por culpa del tornillazo)
Además, ¿he de escribir de una filosofía o de “mi” filosofía de la Equitación?. A fuer de sinceros,  he de reconocer que no puedo expresarme mas que a partir de mis propios puntos de vista –de mis conocimientos, experiencias y reflexiones sobre mi quehacer hípico-, o sea, de mi propia filosofía de la Equitación.  Me consuela pensar que todos los filósofos realmente han escrito “su” filosofía, y me anima el  que muchos autores que escriben sobre caballos, escriben también de su filosofía de la Equitación.
Mi intención es ayudar a reflexionar (al que le interese el tema) sobre el caballo compañero del hombre, sobre el hombre compañero del caballo, y la relación de ambos desde el momento en que comenzó la domesticación. No es una redundancia el citar al caballo compañero del hombre y viceversa, sino una declaración de intenciones: si importante es conocer al caballo, tan importante es conocernos a nosotros mismos como compañeros del caballo.
Mi deseo constante de montar mejor y de que mis alumnos monten mejor, hoy, en pleno siglo XXI, me incita a plantearme muchos “por qués”, los cuales me llevan a los orígenes, no sólo de la Equitación, sino de la misma domesticación y, sobre todo, de lo que el  hombre pensaba del caballo desde los orígenes de su relación. Una aclaración: para mí, “montar mejor” comienza por establecer la mejor relación posible con el caballo que monto, luego no es un problema puramente físico o técnico sino también de reflexión (no es fácil, en principio, poner de acuerdo dos mentes).
Hay dos hitos históricos  que me aclaran en gran medida el por qué de mi pasión por los caballos (creo que común a la de muchísima gente joven de hoy).
El primero es el escrito de KIKULI sobre el entrenamiento del caballo hitita. Unas tablillas que datan de los siglos XIIII y XIII antes de Jesucristo. Resulta que es el primer tratado de “fisiografía” –educación física o entrenamiento del atleta (en este caso el caballo)- que, al menos hasta el momento, se conoce.  Este hecho nos demuestra la importancia tan enorme que tenía el caballo ya por aquel entonces.
El segundo se refiere al comienzo del poema de Parménides, y que dice:“Los caballos que me llevan, me llevaron tan lejos como es mi deseo” Aclaración previa: dicho poema, del siglo V a.C., es el primer tratado de metafísica que se ha escrito en la Historia. Y comienza diciéndonos de una manera concisa pero totalmente exacta –aunque dudo que plenamente consciente-, lo que el caballo supone –y no solo supuso- a la Humanidad.
¿Por qué digo esto? Precisamente, una de las características del hombre es su deseo, o necesidad, de superar sus propios límites, no conformarse con lo que es o lo que tiene, incluso lo que sabe. ¿Y qué ser es el que más le ha ayudado a ello? Sin lugar a dudas, el caballo. ¿Razones? Sólo voy a enumerar algunas y, casi diría, por orden de aparición en la Historia.
1ª  Comenzó por hacernos más fuertes: los fardos de comida o de leña, o a saber de qué, en lugar de transportarlos sobre las propias espaldas, el hombre “domesticador” transfirió su carga a lomos de los caballos. Conviene recordar que por entonces, estoy hablando de hace entre cuatro y cinco mil años, el tamaño del caballo  era, aproximadamente, muy parecido al de un poni “A” actual.  Y añado: posiblemente sea la única especie animal que sobrevive gracias a la voluntad del hombre porque lo que sí está claro es que el caballo estaba en proceso de extinción (por eso, además de pequeño, era raquítico, o sea, inmontable).
2ª  Nos permitió ir más lejos. El mero hecho de dejar de ser  él mismo “bestia de carga”, le permitió al hombre desplazamientos mucho más largos
3ª  Y, sobre todo, nos permitió ir más rápido. Pronto el caballo se enganchó primero a algo parecido al trineo. Hay que tener presente que los habitantes de las estepas arias, cuna del caballo,  aún no conocían la rueda. Esto le dio una capacidad de movilidad y velocidad enorme, cuya consecuencia es la cuarta razón
4ª  La capacidad de ser –o sentirse- superior a  otros hombres, incluso de ser más poderoso. Transcribo lo que dice RAUL LION VALDERRABANO en su estupendo libro “El Caballo y su Origen”:
“Pero a diferencia de ambos hallazgos (se refiere a los descubrimientos de la rueda y de los metales), la domesticación del caballo fue para el hombre un progreso que, por sus instantáneas consecuencias, influyó decisivamente en la vida de los pueblos de las estepas al acortar de golpe, y tan considerablemente, las distancias que les separaban de los demás pueblos al aumentar la velocidad de las comunicaciones, lo que favorecía su propia propagación pero, sobre todo, a causa de la toma de conciencia de la enorme superioridad que les dio el caballo, por fuerza, palpable desde su primer contacto con los vecinos más próximos”
Lo que fue una casualidad –la domesticación del caballo y sus consecuencias inmediatas- , algunas mentes del siglo pasado lo consideraron como atributo de la superioridad intelectual del pueblo ario. Fue el caballo el que propició que salieran de sus propios límites –no sólo físicos sino también culturales- a los habitantes de las estepas arias .  Precisamente de aquella época surgen los tres pilares de la civilización, Sumer, Egipto y Creta, pero ninguno de ellos conocía al caballo. Gracias a éste comenzaron las grandes migraciones, con las consiguientes consecuencias políticas, militares,  comerciales y culturales.  Y se produjo una notable mejoría en las vías de comunicación.
Casi dos milenios antes de que apareciera el caballo domesticado, en Sumer ya se enganchaba el onagro en carros de 2 y 4 ruedas. En Creta y Egipto, a pesar de lo avanzado de sus culturas, como no conocían la rueda, sólo utilizaban al asno como animal de carga.
De repente, irrumpe el caballo. Como consecuencia de ello, el onagro desaparece como especie animal  y el asno queda reducido a animal de carga y, en el mejor de los casos, como factor de mulos. ¿Qué cualidad poseía el caballo para relegar  a un segundo término a sus dos ilustres predecesores?  Sin lugar a dudas, su espíritu de colaboración. Algo debió fallar en este punto el onagro, para acabar  desapareciendo como especie. Gracias a los avances de la ciencia, hace muy poco tiempo se ha podido recuperar al onagro. Al asno se le conoce bien y vale para lo que vale. Incluso se intentó domesticar a la cebra, pero su carácter impredecible y su empeoramiento con la edad, ha hecho que siga en estado salvaje.
Así pues, y teniendo en cuenta otro animal fundamental en la vida del hombre como es el perro, podemos exponer la diferencia de lo que ambos han supuesto para la humanidad, afirmando que la principal aportación del perro, yo creo, ha sido en el terreno emocional:                 es el animal de compañía por excelencia, aunque puntualmente, también ha ayudado.     En cambio el caballo, como creo haber demostrado, ha sido a lo largo de la Historia  el animal que siempre ha ayudado al hombre a superar sus propios límites.
Desde hace menos de un siglo, el caballo ha dejado de ser imprescindible en el transporte, en la agricultura y en la guerra, pero no así para el hombre moderno con sus nuevos retos, retos del siglo XXI, y que sigue contando con el caballo para poder superarlos. Una de las actividades hípicas más en auge es la Hipoterapia. ¿Quién mejor que el caballo para ayudar a personas con grandes limitaciones?
Hay una frase genial –para mí- del no menos genial JEAN D’ORGEIX, que define lo que es el caballo para el hombre:
“La presencia del caballo en este deporte, permite al jinete verse como él desea y no como realmente es”

HERACLITO       Me he investigado a mí mismo                                                                                                                 
                           Pues la naturaleza desea ocultarse, lo sabio es trascender el mundo de la apariencia
SOCRATES         Una vida sin reflexión, no merece la pena ser vivida
ARISTOTELES    Filosofía es la ciencia que se busca
                           Los hombres sienten por naturaleza el afán de conocer 
ORTEGA Y GASSET   Conocer es no contentarse con las cosas según ellas se nos presentan, sino buscar tras ellas su “ser”.
                                    El hombre se compone de lo que tiene y de lo que le falta
GOETHE            Yo me declaro del linaje de esos
                           que de lo oscuro hacia lo claro aspiran
BARUCH SPINOZA    La esencia del hombre es el deseo
JOSE A. MARINA       El ser humano se ha rebelado contra la limitación de sus sentidos
EDWARD TOPSEL     El caballo posee un cuerpo singular y un espíritu noble cuyo rasgo principal es su abnegación por servir al hombre, al que siempre ha respondido en la guerra y en la paz, por lo que forzosamente  hemos de considerarlo el mas noble y necesario de los cuadrúpedo. (principios del siglo XVII)
ANDREW McLEAN  “La verdad sobre los caballos”   Como humanos nunca sabremos lo que significa ser un caballo. Lo único que es posible hacer es emplear las herramientas de investigación objetivas para determinar la naturaleza exacta de la mentalidad equina.  …….. Conviene aprender a custodiar con justicia y ética a estos animales

FRANZ MAIRINGER    Horses are made to be horses  (Los caballos están hechos para ser caballos) Es el sugerente título de este excelente libro  

 Paz y espero que os sirva a alguien      

2 comentarios:

  1. Siempre haciendo de profesor, seguro que le sirve a muchos de tus lectores.
    Saludos de Gabriel.
    http://ggjineteraid.blogspot.com/

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  2. El caballo como los humanos adopta costumbres,nuestro trato logra buenos o malos resultados. Nuestro carácter es la llave para entrar en su mundo.

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