Este fin de semana he podido disfrutar de hijo, hecho
muy poco habitual. Estar a 500 kilómetros de Valencia no lo facilita. Como de
costumbre, hemos montado juntos un rato, y también hemos hablado de caballos.
Pero ha sido un "finde" bastante especial: primero
porque han montado juntos mi hija, mi hijo y mi nieto. La primera vez que
ocurre. Y, segundo, porque de la conversación hípica que hemos mantenido, me
aclara, creo, la ocurrencia que estoy escribiendo.
Sigo preocupado, o mas bien ocupado, en la evolución de la equitación de los
últimos tiempos, prácticamente desde principios del siglo pasado hasta nuestros
días. Porque en nuestro deporte hay cierta tendencia a anclarse en el pasado,
de ahí el aferrarse a la escala de entrenamiento que data, nada menos, que de 1912 y que se
pensó para la equitación militar. Está pasando en el siglo XXI lo mismo que en
el siglo XIIII antes de Cristo con el “entrenamiento del caballo hitita” que,
de las primeras tablillas a las últimas que se escribieron, nada menos que
pasaron 150 años, y esto se sabe, no por la evolución del texto, sino por el
carbono 14 que dictaminó que de las primeras tablillas a las últimas había
pasado siglo y medio. Esta evolución en
el tiempo, en la época que vivimos es totalmente distinta. En cualquier deporte
hay cambios sustanciales en muy pocos años. Hace muy poco tiempo era impensable
que un motorista se rompiera la clavícula en los entrenamientos de una carrera
y que, después de operado, pudiera correr dicha carrera. Esta semana lo
acabamos de vivir con Jorge Lorenzo.
Paco, mi hijo, me dice que el primer paradigma de la
equitación del siglo XX fue la revolución caprilista (Federico Caprilli): cambio del asiento del
jinete en el salto y su coordinación con el caballo. Pero yo creo que es el
primero de otros dos que ya estamos viendo en la alta competición de salto pero que aún no se les ha puesto nombre y que,
yo creo, afectan a la equitación en general y no a una disciplina en particular.
Federico Caprilli |
El primero es el cambio de estatus del caballo: deja
de ser un mero instrumento o un animal al que hay que someter –normalmente por
la fuerza, o por el arte de los artistas (los menos) – y en su lugar se habla
de adaptación o colaboración entre caballo y caballista . En dicho binomio,
cada uno tiene una misión específica que cumplir. Consecuencia de ello es el aumento tan
espectacular de la participación femenina en nuestro deporte. Y es porque la
sensibilidad –y no la fuerza- debe ser la base de la relación nuestra con el
caballo. El problema está que, en cuanto fallan los conocimientos, el recurso
más inmediato es la fuerza. A los aspirantes a caballistas os recomiendo que os
fijéis en la manera de utilizar sus manos
los jinetes de élite en la pista de ensayo. Lamentablemente, aún se
habla demasiado de caballo “sometido”, cuando debiéramos emplear otra expresión
donde dejara claro que caballo y caballista hacen en cada momento lo que deben
–insisto, cada uno lo suyo- con lo que el resultado tenderá a la
perfección. Este nuevo concepto de
comunicación persona/caballo, el contacto, debe ser la primera ocupación del
aspirante a caballista. La cual, como toda actividad humana, debe ser educada.
De ello escribiré en breve.
El segundo es el nuevo equilibrio que se le da al
caballo, que se va aproximando al que debe ser, y esto se nota sobre todo en el
salto y que, como decía al principio, se ve perfectamente en la alta
competición. Gracias a youtube es fácil comparar recorridos actuales con los de hace un tercio
de siglo y más. Antes se atacaba el salto con la cara suelta para estirar el
cuello –los pobres animalitos saltaban como podían- y hoy se llega al salto
apretando el culo los caballos y poniendo el cuello en la vertical o casi. Y la
cara horizontal o casi. Es el equivalente en los caballos al cambio de
paradigma con el estilo Fósbury en el salto de altura. Sólo que el estilo
Fósbury salta a la vista y en los caballos, el cambio de equilibrio, es menos
visible. O no se enseña a ver. Espero en breve escribir sobre el cuello y cabeza
del caballo como balancín del mismo y la importancia de su momento de la fuerza
en el trabajo cotidiano.
Hace años tomé buena nota de la definición del baile
que dió nuestro insigne bailarín Joaquín Cortés: EQUILIBRIO Y COORDINACION DE MOVIMIENTOS
Perfectamente aplicable a nuestra equitación
Paz y espero que os sirva a alguien
Que féliz se te ve Cura!, la ocasión no es para menos, tres generaciones!!!, un abrazo, me alegra verte así, Eduardo.
ResponderEliminarUn blog muy interesante...cuando aprendemos a encontrar el equilibrio del caballo y a cooperar con el nos convertimos en mejores caballistas, eso es algo que he aprendido de Jose Manuel.
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo!
Intentaré no olvidar esta frase cuando monte a caballo o practique Aikido José Manuel: "la sensibilidad –y no la fuerza- debe ser la base de la relación nuestra con el caballo" o el uke, compañero que recibe la técnica.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Bernard
Interesante como siempre pero lo que más me ha gustado es la foto con tu hijo y nieto. Entrañable!!!
ResponderEliminarHasta pronto
Alegria en la cara de los tres caballistas y eso que el peque, lo disfrutará cuando pase el tiempo y vea en esta foto, que su abuelo era uno de los mejores caballistas.
ResponderEliminarSaludos de Gabriel.
Gracias por la entrada. Sabios consejos para alguien que, como yo, se inicia en el mundo de la hípica.
ResponderEliminarHola, quiero compartir con usted esas 2 fotografias de Yann Arthus-Bertrand que nos puede enseñar la posisión del jinete de salto despues y antes del capitan Caprilli
ResponderEliminarhttp://www.equi-soin.fr/img/livres/chevaux_yab/chevaux_yab_073.jpg
http://www.equi-soin.fr/img/livres/chevaux_yab/chevaux_yab_074.jpg
Mathilde
Un abrazo desde Cáceres, es agradable encontrarme contigo , aunque sea así. Me parece muy interesante casi todo lo que escribes, alguna cosa me viene grande. He estado leyendo bastante sobre el barefoot (montar sin herrar) y me gustaría saber tu opinión, estoy hablando de hacerlo incluso en competición de alto nivel, no por mi parte , por supuesto. ¿ es un paso adelante ? ¿es tan saludable ? etc Comentan algunos que es muy sano, pues se consigue mejor circulación sanguinea, más tacto , menos lesiones, etc
ResponderEliminarUn saludo de Juan Carlos...(Monfragúe)