DOMA VAQUERA DE VERDAD: Acerca de los abdominales
Hace un mes leí en la estupenda página de facebook “Doma Vaquera de Verdad” un artículo sobre el
papel de los abdominales en el caballo.
Creyendo aportar alguna aclaración, me decidí a escribirle.
Lo que más me gusta de Doma Vaquera de Verdad es su interés –o
pasión- en transmitir conocimientos para
mejorar nuestra relación con el caballo……….. desde la perspectiva de la doma
vaquera , que bien poco difiere de cualquier otra en la base . Es una más de las páginas encomiables de que
disponemos en nuestro país –o en nuestra habla- acerca de la cultura ecuestre.
Y más, de nuestra doma vaquera, la gran ignorada –y menospreciada- cuando tal
vez sea el origen de todas las equitaciones modernas. Pero el vaquero español ha sido muy poco dado
a hablar y, mucho menos, a escribir. Tal vez sea ésta la razón fundamental de
su desconocimiento. Gracias a Dios, ya disponemos de un púlpito vaquero donde,
además, cualquiera puede manifestarse.
Yo me considero lector asiduo porque siempre aprendo algo.
He tardado en publicarlo porque se me quedó enredado en alguna nube y no daba con ello.
Se ve que con los vendavales de estos últimos días volvió a mi ordenador. Cedo
la palabra a Doma Vaquera de Verdad
Pasa desapercibida, en general, el cometido de los
músculos abdominales para todos aquellos que no practican deporte, e incluso,
en algunos que sí lo hacen.
La importancia de este grupo muscular va mucho más allá del aspecto estético y que tanto se busca. Su fortalecimiento implica un mejor equilibrio, en tanto que son los músculos, junto con los de la zona lumbar y dorsal, que sostienen nuestra columna y nos permiten mantenernos erguidos. En un jinete, como habrán supuesto, aumenta su importancia y utilidad, puesto que debemos alcanzar el equilibrio sobre el caballo y en vaquera aún más al vernos sometidos a cambios de dirección y de ritmo vertiginosos y bruscos. No debemos engañarnos con la apariencia clásica del jinete vaquero con cierta barriga, pues estamos hablando de un hombre de campo que no suele seguir dietas, pero que sobre su caballo ejercita de sobremanera unos músculos que a pesar de mantenerse escondidos bajo una mayor o menor capa de grasa, son de una fortaleza envidiable, necesaria para poder montar con seguridad a la vaquera.
Pero no sólo es el jinete quien necesita de esos músculos para mejorar su equilibrio. También nuestro compañero equino necesita del fortalecimiento de sus abdominales para mejorar el suyo. Más aún si tenemos en cuenta que nosotros mismos lo desequilibramos con nuestro peso.
Hablamos mucho aquí sobre el uso del dorso y de que éste debe elevarse para poder usar mejor los pies. Pero los músculos encargados de esa elevación, los que se contraen como respuesta al alargamiento del mismo, son los abdominales.
Por ello, es muy importante el ejercicio de este grupo muscular en el transcurso de la doma del caballo. Para ello, la espalda adentro, los círculos, las serpentinas, cesiones, vueltas, y todos aquellos ejercicios que permitan la flexión lateral del cuerpo del caballo alrededor de la pierna interna y hacia la rienda externa, nos permiten ejercitar los mismos. Cobra aquí mayor importancia, si cabe, el que no abusemos de la rienda interior, pues eso no permitirá el uso del musculo abdominal centrando la acción de la flexión en el cuello y no permitiendo los beneficios gimnásticos de dichos ejercicios en la zona abdominal.
Todo este entrenamiento mejorará el equilibrio del caballo y le permitirá, más adelante, cuando tenga que afrontar ejercicios como las medias vueltas a galope o las vueltas sobre las piernas, mucho más exigentes, tener la fuerza suficiente como para poder realizarlos son fatigarse demasiado y con la facilidad que tanto nos gusta ver en los caballos vaqueros.
La importancia de este grupo muscular va mucho más allá del aspecto estético y que tanto se busca. Su fortalecimiento implica un mejor equilibrio, en tanto que son los músculos, junto con los de la zona lumbar y dorsal, que sostienen nuestra columna y nos permiten mantenernos erguidos. En un jinete, como habrán supuesto, aumenta su importancia y utilidad, puesto que debemos alcanzar el equilibrio sobre el caballo y en vaquera aún más al vernos sometidos a cambios de dirección y de ritmo vertiginosos y bruscos. No debemos engañarnos con la apariencia clásica del jinete vaquero con cierta barriga, pues estamos hablando de un hombre de campo que no suele seguir dietas, pero que sobre su caballo ejercita de sobremanera unos músculos que a pesar de mantenerse escondidos bajo una mayor o menor capa de grasa, son de una fortaleza envidiable, necesaria para poder montar con seguridad a la vaquera.
Pero no sólo es el jinete quien necesita de esos músculos para mejorar su equilibrio. También nuestro compañero equino necesita del fortalecimiento de sus abdominales para mejorar el suyo. Más aún si tenemos en cuenta que nosotros mismos lo desequilibramos con nuestro peso.
Hablamos mucho aquí sobre el uso del dorso y de que éste debe elevarse para poder usar mejor los pies. Pero los músculos encargados de esa elevación, los que se contraen como respuesta al alargamiento del mismo, son los abdominales.
Por ello, es muy importante el ejercicio de este grupo muscular en el transcurso de la doma del caballo. Para ello, la espalda adentro, los círculos, las serpentinas, cesiones, vueltas, y todos aquellos ejercicios que permitan la flexión lateral del cuerpo del caballo alrededor de la pierna interna y hacia la rienda externa, nos permiten ejercitar los mismos. Cobra aquí mayor importancia, si cabe, el que no abusemos de la rienda interior, pues eso no permitirá el uso del musculo abdominal centrando la acción de la flexión en el cuello y no permitiendo los beneficios gimnásticos de dichos ejercicios en la zona abdominal.
Todo este entrenamiento mejorará el equilibrio del caballo y le permitirá, más adelante, cuando tenga que afrontar ejercicios como las medias vueltas a galope o las vueltas sobre las piernas, mucho más exigentes, tener la fuerza suficiente como para poder realizarlos son fatigarse demasiado y con la facilidad que tanto nos gusta ver en los caballos vaqueros.
Hace unos días publicábamos una foto de Diego Ventura
y basándonos en ella hablábamos brevemente sobre la importancia en la doma de
los abdominales. Poco después recibí un mensaje privado de José Manuel Sales Pons
"el cura", uno de las personas con mejores nociones de equitación en
España, haciendo una serie de puntualizaciones. Esta entrada se hace para
publicar ese mensaje, por supuesto con su autorización expresa:
"Buenas noches, Doma Vaquera de verdad.
Soy José Manuel Sales Pons, más conocido por el cura, seguidor habitual de
tu página. Y más habitual desde que le pregunté a mi amigo Pepe Fuentes sobre
tí y me dijo que valía la pena leerte. Y así vengo haciendo.
Yo también tengo mi blog: ocurrenciashipicas.com,
y sólo esporádicamente hablo de la vaquera, equitación que más respeto me
merece sin lugar a dudas. Entre otras razones porque es la más antigua de
todas, y no me extrañaría que, no sé cuando, apareciera un investigador
diciéndonos que es la madre de todas las equitaciones actuales. Al tiempo.
El motivo de escribirte es, además de felicitarte, hacerte un par de
puntualizaciones a tu artículo "sobre los abdominales".
Efectivamente, son importantísimos, como muy bien dices (cosa que no lo parece
en los caballos de doma clásica)
Pero creo aclarar diciendo que la contracción de los abdominales es lo q
favorece que el dorso se estire para poder subir -y enroscarse-, con lo cual
facilita naturalmente el que los pies entren. J. M. Denoix, al que creo que has
citado alguna vez, acuñó una frase breve y que conviene tener siempre bien
presente: "no hay dorso sin abdominales". También debo añadir la
importancia de la acción de la espuela sobre los abdominales -es la primera que
debe contraerlos-. La espuela que hace trabajar correctamente los abdominales,
no sólo hace que entren los pies sino que también los activa y, a partir de
ahí, queda sencillamente, canalizar al caballo: que nadie lo vea pero que el
caballo lo sienta (la espuela debe ser acelerador y la mano cambio de marcha)
En cuanto a diferenciar rienda interior de rienda exterior, creo oportuna
la siguiente aclaración: el hecho de trabajar en una pista convencional hace
romper continuamente la simetría del cuerpo del caballo, por lo que los aires
simétricos -paso y trote- lo son esporádicamente, sólo en los trancos que den
en línea recta, que son pocos e intermitentes. Y el galope, de natural es
asimétrico. ¿Qué quiere decir esto? Pues que casi siempre el caballo, con un
pie -el de dentro- se aguanta y con el otro empuja -pie exterior-. Como el
caballo -en la relación mano/boca- se rige por el principio de acción y
reacción, la única rienda que puede y debe hacer fuerza es la exterior que
hará, a su vez que el caballo empuje mas con el pie exterior. Si la misma
fuerza se aplicara a la rienda interior obligaría, necesariamente a empujar en
la misma medida con el pie interior, o sea, haría salir al pie interior con lo
que dejaría de cumplir con su función de pie que aguanta
Un tercer punto, que lo aclara Jesús Ochoa en sus comentarios. A estos,
sólo me resta añadir que el caballo es el único animal -al menos de los
domésticos- que tiene la misma sinergia cuello-riñones que el hombre. Sin ella,
difícilmente se le podría montar. Gracias a ella puede tensar los ligamentos
nucal y supraespinoso como nosotros.
Siento haberme alargado tanto. Aun así, espero que te sirva.
estos son algunos buenos videos de toros y caballos, doma vaquera....
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=AFpmJueDgp8
https://www.youtube.com/channel/UCkD_OJG7L-Sj1PkG6YCfWGA/