jueves, 28 de febrero de 2013

ACERCA DE LA DISTANCIA DE LA BATIDA


(La sabiduría popular dice que la equitación es puro sentimiento. Pero cuantos más y mejores conocimientos tengamos, mucho más educado será el sentimiento)




Esta foto la llevaba en mi mente –imaginativamente- mucho tiempo. Gracias a Sophie que me la enseñó y a Hervé  que la hizo,  puedo hacer uso de ella para explicar el tema tan manido de la distancia de la batida en el salto.
En ella vemos una secuencia de 5 posiciones sobre el mismo salto. Entre la 1ª y la 5ª apenas sí ha pasado un segundo de tiempo, lo cual quiere decir lo difícil que le resulta al ojo humano retener tanta imagen distinta en tampoco tiempo.

A fines del siglo XIX ya hablaba LENOBLE DU TEIL de la importancia de la fotografía en la equitación. Y, previamente, tanto MUYBRIDGE como MAREY –que no tenían nada de hípicos y sólo se dedicaban a la investigación-, en sus análisis cronofotográficos sobre el movimiento –una de las primeras aplicaciones de la cronofotografía- , pronto coincidieron en que el caballo era el animal que les aportaba estudios más rigurosos y precisos. Tan es así que MAREY, en su discurso en la Academia de las Ciencias de París en 1887 dijo:
“Termino haciendo resaltar que, la tendencia a la economía del trabajo que se constata en diversos grados en todas las máquinas animales, parece alcanzar en el caballo su mayor perfección” (una de las cuestiones diferenciales del caballo respecto de los otros animales domésticos).  

Para el análisis de la distancia, las posiciones que nos interesan son la 1 y la 2.

Posición 1: es la del último tranco completo previo al salto. Ya es un tranco distinto a los anteriores –no es un tranco regular de galope-  porque ya es un anticipo del esfuerzo que va a tener que hacer en el siguiente, el de la batida: los pies se van igualando y el cuello está más vertical. Se nota claramente cómo echa el peso hacia atrás.

Posición 2: es el comienzo del tranco del salto, o sea, la batida. Y en ella vemos que iguala totalmente los pies, y los apoya justo en  la misma posición donde previamente había apoyado la mano adelantada. Este es el último apoyo del cuerpo del caballo previo al salto.

Considerando que el eje del caballo es horizontal –al contrario que el nuestro que es vertical-, habrá que tener en cuenta que, entre su último apoyo, el de los dos pies juntos, y el primer plano del obstáculo, DEBE CABER SU CUERPO para que el esfuerzo de la batida corresponda a un gesto confortable y económico  para el caballo. Así pues, un salto con un primer plano superior a un metro de altura, para superarlo cómodamente, necesita batir de una distancia mínima de un metro y medio para, insisto, que el cuerpo del caballo quepa entre su batida de pies –última batida y que se produce en el mismo lugar que la mano adelantada-, y el obstáculo.  

Dos cuestiones se plantean:  
1ª.- Por qué instintivamente se busca batir de cerca, sobre todo en los verticales.  
2ª.- Diferencias de batidas entre vertical, fondo, triple barra y ría.

1ª cuestión: yo creo que, incluso montados a caballo, saltamos con criterios de salto puramente humanos, cuando el que salta no soy yo sino el caballo. Me explico. Los humanos, de inicio, no mezclamos en el mismo salto altura y anchura. O saltamos altura o saltamos longitud, pero ambas cosas a la vez creo que es imposible. Posiblemente la razón fundamental está en que nuestro eje es, como decía al principio, vertical. En cambio el caballo, tal vez por su eje horizontal –más lo que dijo MAREY, y más-, en todos sus saltos hay una componente vertical y también componente horizontal. El humano, para saltar altura, necesita aproximarse al listón. Y acercarse demasiado al vertical –meter un tranco de más, o dar un tranco de batida muy pequeño- es lo que hace mucho jinete/amazona aficionada cuando le surgen dudas en la distancia: se le da una solución humana a una cuestión puramente hípica. En cambio, a los fondos, como se les considera instintivamente un salto de longitud, se corre hacia el salto despreciando la componente vertical que debe ser previa –desde el punto de vista del caballo- a la componente horizontal. Instintivamente aplicamos criterios humanos a un problema del caballo   

2ª cuestión:  hoy en día, la parábola que describe un caballo, independientemente del tipo de salto que sea, es muy parecida (es lo más cómodo y económico para el caballo aunque, creo, todavía no hay –al menos no conozco-  ningún estudio sobre las distintas parábolas). Por ejemplo, viendo saltar la ría a jinetes y caballos de élite,  lo hacen como si fuera un vertical, o hubiera un vertical –imaginario- en el centro de la ría. No hace muchos años, dicha parábola era muchísimo más plana (fácil de comprobar gracias a you tube, para mí, una de las grandes revoluciones de los últimos tiempos). Razón por la que era más fácil hacer agua. Actualmente, el problema está en la conducción o ajuste de los trancos, pues los saltos están más próximos. Sin ir más lejos, en la pasada Olimpiada de Londres hemos visto en un recorrido la ría a 6/7 trancos del salto anterior y en ángulo recto (escribo un poco de memoria). La mayor diferencia  entre los cuatro principales distintos tipos de salto está en la posición del punto más alto de la parábola. En un vertical, el cénit sobre la barra, o un poco más atrás.  En el fondo, el cénit de la parábola está entre ambas barras superiores y ligeramente descentrado  también, tanto mas atrás cuanto más voleado sea el salto. En la triple barra, el cénit está un poco por delante de la última barra; y la primera barra, al estar muy baja, invita a acercarse al salto sin temor a tropezar con el primer plano. Razón por la que es el salto que mejor dan todos los caballos. No hace muchos años, en la alta competición, aún era fácil distinguir qué tipo de salto era por la forma de pasarlo los caballos. Y no cabe duda que, el que mejor pasaban era la triple barra: invita a hacer el salto perfecto; los caballos tenían tiempo y espacio para subir hasta la última barra, sin temor a tropezar con las de los planos anteriores.

Así pues, de acuerdo con estas consideraciones, resulta que la distancia de batida más lejana del salto, debe ser la del VERTICAL. Muy poco más corta, la del FONDO. Razón fundamental: la parábola del FONDO es más alta que la del VERTICAL  de igual altura, lo que hace que la batida se aleje un poco, con lo que casi se iguala a la de un VERTICAL de la misma altura.  Mucho más próxima es la distancia de batida en la TRIPLE BARRA, por las razones expuestas en el párrafo anterior. Y muy cerca del seto o muro de llamada, es la batida de la RIA, pero que se salta como si hubiera un vertical en el centro de la misma. De hecho, es lo que se suele hacer en los entrenamientos.

Conclusiones prácticas de todo lo expuesto:
Para el caballo, al contrario que para el hombre, a mayor altura del obstáculo, mayor separación del punto de batida.  Y esta distancia es cuantificable gracias a los estudios –que yo conozca- de BARREY y colaboradores, que se publicaron en la revista “EquAthlon” hace justo 20 años. Poco tiempo después corroboró estas conclusiones H. CLAYTON desde el otro lado del atlántico. Muchos estudios se han hecho posteriormente –incluida la tesis doctoral de nuestro paisano F. VIZCAINO NOVAL- pero, creo, sólo válidos para expertos en biomecánica, no para practicantes del salto y que quieran saber más del mismo para una posible aplicación inmediata.

¿Cuál es la distancia de batida ideal? Aproximadamente, una vez y media la altura del salto. O sea, para un salto de un metro, batir a metro y medio; para 1’20, metro ochenta , para 1’30, un metro noventa y cinco, etc. Siempre, aproximadamente. Esto, que para nosotros parece una barbaridad, es lo ideal para el caballo. Y para saltos pequeños, siempre que quepa el caballo.
En las fotos de la Global de Oliva, tomando de referencia el tamaño de los caballos, se ven distancias de batida, tanto de verticales como de fondos, muy superiores a los dos metros: los caballos caben y pueden hacer la parábola cómodamente. Y en la foto de las cruzadas, el caballo cabe cómodamente durante la batida. Más de un metro y medio

Seguiré en siguientes números haciendo el análisis del salto   

domingo, 17 de febrero de 2013

DISOCIACION 3


Hace un par de semanas, mis  alumnos –los tres, hermanos- Mercedes, Alex y Antonio, me regalaron el libro “Forma Física Equina” de Jec Aristotle Ballou, publicada en castellano por la Editorial Tutor.
La verdad es que la primera lectura rápida no me dijo demasiado.  La segunda lectura, mucho más reposada, me cambió totalmente el parecer. Normalmente, las segundas lecturas –y posteriores- suelen ser maravillosas. Como en este caso.
Nos muestra una forma, no sé si postmoderna, pero segurísimo moderna , del entrenamiento del caballo. ¡Lo que nos falta por aprender! Este libro ayuda, y mucho, a que falte menos. Y lo primero que se me ocurre es la necesidad de montar un buen gimnasio para el caballo. (Creo que puede estar al alcance de casi todos los centros hípicos).  Tambien creo que es mucho más problema de imaginación –y de sentir la necesidad-  que de bolsillo. En este número nuestro del caballo, seguimos estando excesivamente anclados en el pasado. Es tan sentimental (de sentimiento) nuestra actividad, que la reflexión , no sólo de lo que hacemos sino también de lo que debiéramos saber hacer,  se queda bajo mínimos. Sócrates nos insistió –y sigue insistiéndonos- que una vida sin reflexión no merece la pena ser vivida. (Sin excluir al mundo hípico al que respetaba muy mucho.  En breve hablaré de ello) ¿Y cómo murió? Condenado a beber la cicuta. ¿Y por qué?  Sencillamente, por cuestionar los dogmas de entonces.
Pongo un ejemplo: no hace mucho, hablando con un colega-profesor , dije –con toda la buena fé del mundo-  que la incurvación de la nuca a la cola del caballo, está más q demostrado,  no es verdad. ¡Como si hubiera dicho una herejía!  Sólo le cité el libro de Harry Boldt, en el que, sin necesidad de saber alemán o inglés –es un libro bilingüe-, las figuras lo dejan bien claro. En vista de su persistencia anclada no sé dónde, no le remití a los trabajos de JM Denoix y H. Clayton, ni tampoco a los vídeos de G. Higgins –para los que no hace falta saber idiomas- donde la cuestión queda perfectamente aclarada .
La verdad es que el saber no ocupa lugar, pero el tema que tenía previsto al principio, es el de la disociación y de lo mal vista que ha estado últimamente.  De ella –de la disociación- quiero seguir escribiendo.
Hace seis meses dediqué dos entradas en este blog a la disociación a raíz de una foto que ví en el blog “el raid” de mi buen amigo Gabriel Gamiz.  (Me encantaría poder poner algún día fotos parecidas a las suyas. Encima, seguro que me ahorraba literatura). Pues lo más recomendable de leer, los comentarios del “anónimo” que resultó ser Jesus C. A y D., el mismo que nos ha escrito sobre conformación.
Transcribo  parte de la página 54 de “Forma Física Equina”:

9. PREPARACION PARA EL GALOPE DE CARRERAS
(Aportado por Yvonne Barteau, entrenadora FEI y autora del libro “Ride the Right Horse”)
“Los jinetes que montan sobre todo en pista suelen no galopar a sus caballos en cuatro “tiempos, y de este modo omiten una herramienta realmente valiosa para soltar los dorsos de “sus caballos y conseguir que su movimiento  sea más libre y expresivo: ¡es una mejora del “trabajo de pista! El galope en cuatro tiempos es fundamental para la forma física y también “para mejorar la ejecución (¿) del caballo. Principalmente ayuda a que el dorso del caballo se “suelte significativamente. Por consiguiente, ¡todo su cuerpo mejorará! Debemos definir “nuestra zona de comodidad antes de probar este ejercicio. Si tenemos miedo de hacer galope “de carreras, no seremos un compañero muy útil para nuestro caballo. Sin embargo, paso a “paso conseguiremos superar nuestro miedo”
 Recuerdo la época en que los americanos barrían en las Copas del Mundo, en sus inicios, cuando se le llamaba la Copa Volvo, cuando hablaban de “su” equitación, citaban la práctica del  galope a cuatro tiempos. Sin más. Escribí por entonces un artículo en la Revista Ecuestre    - de ello hace cerca de 30 años- comparando la equitación de los americanos de entonces con nuestra vaquera.  También por entonces me llamaba la atención ver al gran Rafi (Rafi sólo hay uno), con todos sus caballos, galopar a cuatro tiempos.
Acabo, ¡cómo no! citando a LICART, en su “Equitación Razonada” –espero que pronto LETTERA  nos la publique en castellano-, cuando habla del trote:
“Si este aire es el más fácil de representar, no constituye para el caballo el procedimiento de locomoción más económico. Sólo la disociación de los bípedos diagonales –que convierten a los aires en basculantes-, permite al caballo utilizar, con el máximo de eficacia, los gestos del cuello en una mayor economía del esfuerzo”  (Jesús nos explica los porqués)
(No me canso de decir que LICART es el nuevo testamento de la Equitación)
Paz y espero que os sirva a alguien

martes, 12 de febrero de 2013

ANTOLOGIA DE LA LITERATURA ECUESTRE I


Esta es una nueva –o casi- sección del libro en donde voy –o vamos, contando con los colaboradores- a escribir sobre los libros, o documentos, hípicos más relevantes a lo largo de la Historia.
Y voy a empezar con el documento más antiguo que se conoce:
EL ENTRENAMIENTO DEL CABALLO HITITA, atribuído a KIKULI.
Este texto, escrito sobre tablillas, debió dictarlo KIKULIS hacia el 1350 antes de Cristo. La segunda y la tercera parte se escribieron 100 y 150 años después, siguiendo eso sí, la doctrina kikuliana.
Es el documento más antiguo que se conoce en el terreno de la fisiografía (educación física). Antes que del entrenamiento humano, se escribió del de caballos.
Pero entonces aún no se montaba el caballo, sino que se enganchaba en carros y para la guerra. La razón debía ser por el tamaño del caballo de entonces, similar a la de un poni B de ahora. Aunque, creo,  la domesticación debió empezar por el caballo “cabalgable”. Me explico: por aquel entonces  -hace cerca de 5000 años-, las yeguas q se tenían en los corrales comunales junto con los demás animales domésticos, con el objeto de aprovechar su leche a diario,   alguna se debió dejar montar por los niños de entonces. Hay que recordar que esas yeguas serían del tamaño de un poni A y los niños de entonces no iban todavía a la escuela, o sea, que se pasarían el día enredando con los animalitos. En esto poco han cambiado los niños de ahora de los de entonces . Inevitable el comienzo de la equitación. Y los mayores, lógicamente, pensaron que si eran capaces de aguantar a un niño todo el día, podría ser un medio de transporte magnífico. La desproporción entre jinete adulto y caballo todavía era muy grande por lo que se desechó el montarlos. Yo creo que se empezaron a montar cuando alcanzaron el tamaño de un poni “C”, al principio del primer milenio antes de Cristo.
Vuelvo al texto kikuliano y transcribo el entrenamiento del primer dia:
“Así habla  Kikkuli, el entrenador de caballos, del país de Mitanni.”
     Día 1
“Cuando en otoño él deja sus caballos paciendo en la hierba, los engancha. Les hace trotar teres leguas y galopar siete campos. A la vuelta les hace galopar diez campos. Después los desengancha, les presta los cuidados convenientes y luego los abreva. Los mete en la cuadra. Después les da, mezcladas, una mano de trigo, dos manos de cebada y una mano de heno. Ellos se lo comen. En cuanto acaban su forraje, él les ata a una estaca con la cabeza levantada. Cuando llega la tarde los saca de la cuadra. Se les engancha: después les hace trotar una legua y galopar siete campos. Cuando los devuelve, se les desengancha. El los limpia y les da de beber. Luego los mete en la cuadra. Despues les da, mezcladas, tres manos de heno, dos manos de cebada  y dos manos de trigo. Una vez que han acabado su forraje, les coloca el bozal”
Esta descripción nos da idea del rigor y los conocimientos de entonces. Una pena que no hubieran sido tan rigurosos  buscando el gesto confortable y económico en la forma de tirar de entonces. Resulta que los pobres caballos tiraban de collares, no de collerones o petrales. Consecuencia de ello es que, si les hacían correr mucho, se asfixiaban, porque realmente tiraban de la tráquea. De ahí el que, al poco tiempo, en lugar de ser un tiro de dos caballos, acabaran en la cuadriga, y con carros muy livianos. Nadie tuvo la feliz idea de cambiar el tipo de tiro. En aquel entonces, todo se solucionaba o con más esclavos o con más caballos. Con razón el caballo es –y ha sido- el mejor esclavo del hombre (D. MORRIS dixit). La feliz idea surgió en el siglo XI  -siglo arriba siglo abajo- de nuestra era. O sea, hace bien poco. Y claro, se la apropiaron los franceses.  Hasta entonces, el caballo tirando de la tráquea.
Otra curiosidad de este texto hitita es q se empezó  hacia 1350 antes de Cristo y se acabó 150 años después. Y la técnica apenas si varió en ese lapso de tiempo. En el primer texto sólo se habla del paso, trote y galope. En la Segunda Instrucción,  100 años después, sólo se añade el trote largo y se detalla mucho más minuciosamente el entrenamiento del décimo día. El  texto final incluye un mejor uso de la hidroterapia y el trato diferente entre caballos fuerte y débiles. Su evolución, sobre todo en  el valor que se le da a la parte higiénica. Igualito dan de sí los 150 años de entonces y los de ahora.
El texto que yo tengo es la traducción castellana del estudio sobre el “Entrenamiento del Caballo Hitita” del  Dr. JEAN AMSLER. El primer texto kikkuliano se tradujo al alemán por ANNELIES  KAMMENHUBER en 1961. Y yo lo tengo gracias a mi tetrageneracional  amigo Jose Luis Cervera. Gracias Joselito
Curiosísimo: primer tratado sobre entrenamiento físico (fisiografía):  sobre el caballo, nuestro inmejorable no sólo amigo sino, sobre todo, cirineo.
Paz y espero que os sirva a alguien
Por cierto, si a alguien le interesa el texto, que se ponga en contacto conmigo         

jueves, 7 de febrero de 2013

DOMA VAQUERA DE VERDAD : Acerca de los abdominales


DOMA VAQUERA DE VERDAD: Acerca de los abdominales
Hace un mes leí en la estupenda página de facebook  “Doma Vaquera de Verdad” un artículo sobre el papel de los abdominales en el caballo.  Creyendo aportar alguna aclaración, me decidí a escribirle.
Lo que más me gusta de Doma Vaquera de Verdad es su interés –o pasión- en  transmitir conocimientos para mejorar nuestra relación con el caballo……….. desde la perspectiva de la doma vaquera , que bien poco difiere de cualquier otra en la base .  Es una más de las páginas encomiables de que disponemos en nuestro país –o en nuestra habla- acerca de la cultura ecuestre. Y más, de nuestra doma vaquera, la gran ignorada –y menospreciada- cuando tal vez sea el origen de todas las equitaciones modernas.  Pero el vaquero español ha sido muy poco dado a hablar y, mucho menos, a escribir. Tal vez sea ésta la razón fundamental de su desconocimiento. Gracias a Dios, ya disponemos de un púlpito vaquero donde, además, cualquiera puede manifestarse.  Yo me considero lector asiduo porque siempre aprendo algo.
He tardado en publicarlo porque se me quedó  enredado en alguna nube y no daba con ello. Se ve que con los vendavales de estos últimos días volvió a mi ordenador. Cedo la palabra a Doma Vaquera de Verdad

Pasa desapercibida, en general, el cometido de los músculos abdominales para todos aquellos que no practican deporte, e incluso, en algunos que sí lo hacen.

La importancia de este grupo muscular va mucho más allá del aspecto estético y que tanto se busca. Su fortalecimiento implica un mejor equilibrio, en tanto que son los músculos, junto con los de la zona lumbar y dorsal, que sostienen nuestra columna y nos permiten mantenernos erguidos. En un jinete, como habrán supuesto, aumenta su importancia y utilidad, puesto que debemos alcanzar el equilibrio sobre el caballo y en vaquera aún más al vernos sometidos a cambios de dirección y de ritmo vertiginosos y bruscos. No debemos engañarnos con la apariencia clásica del jinete vaquero con cierta barriga, pues estamos hablando de un hombre de campo que no suele seguir dietas, pero que sobre su caballo ejercita de sobremanera unos músculos que a pesar de mantenerse escondidos bajo una mayor o menor capa de grasa, son de una fortaleza envidiable, necesaria para poder montar con seguridad a la vaquera.

Pero no sólo es el jinete quien necesita de esos músculos para mejorar su equilibrio. También nuestro compañero equino necesita del fortalecimiento de sus abdominales para mejorar el suyo. Más aún si tenemos en cuenta que nosotros mismos lo desequilibramos con nuestro peso.

Hablamos mucho aquí sobre el uso del dorso y de que éste debe elevarse para poder usar mejor los pies. Pero los músculos encargados de esa elevación, los que se contraen como respuesta al alargamiento del mismo, son los abdominales.

Por ello, es muy importante el ejercicio de este grupo muscular en el transcurso de la doma del caballo. Para ello, la espalda adentro, los círculos, las serpentinas, cesiones, vueltas, y todos aquellos ejercicios que permitan la flexión lateral del cuerpo del caballo alrededor de la pierna interna y hacia la rienda externa, nos permiten ejercitar los mismos. Cobra aquí mayor importancia, si cabe, el que no abusemos de la rienda interior, pues eso no permitirá el uso del musculo abdominal centrando la acción de la flexión en el cuello y no permitiendo los beneficios gimnásticos de dichos ejercicios en la zona abdominal.

Todo este entrenamiento mejorará el equilibrio del caballo y le permitirá, más adelante, cuando tenga que afrontar ejercicios como las medias vueltas a galope o las vueltas sobre las piernas, mucho más exigentes, tener la fuerza suficiente como para poder realizarlos son fatigarse demasiado y con la facilidad que tanto nos gusta ver en los caballos vaqueros.


Hace unos días publicábamos una foto de Diego Ventura y basándonos en ella hablábamos brevemente sobre la importancia en la doma de los abdominales. Poco después recibí un mensaje privado de José Manuel Sales Pons "el cura", uno de las personas con mejores nociones de equitación en España, haciendo una serie de puntualizaciones. Esta entrada se hace para publicar ese mensaje, por supuesto con su autorización expresa:
"Buenas noches, Doma Vaquera de verdad.
Soy José Manuel Sales Pons, más conocido por el cura, seguidor habitual de tu página. Y más habitual desde que le pregunté a mi amigo Pepe Fuentes sobre tí y me dijo que valía la pena leerte. Y así vengo haciendo.
Yo también tengo mi blog: ocurrenciashipicas.com, y sólo esporádicamente hablo de la vaquera, equitación que más respeto me merece sin lugar a dudas. Entre otras razones porque es la más antigua de todas, y no me extrañaría que, no sé cuando, apareciera un investigador diciéndonos que es la madre de todas las equitaciones actuales. Al tiempo.
El motivo de escribirte es, además de felicitarte, hacerte un par de puntualizaciones a tu artículo "sobre los abdominales". Efectivamente, son importantísimos, como muy bien dices (cosa que no lo parece en los caballos de doma clásica)
Pero creo aclarar diciendo que la contracción de los abdominales es lo q favorece que el dorso se estire para poder subir -y enroscarse-, con lo cual facilita naturalmente el que los pies entren. J. M. Denoix, al que creo que has citado alguna vez, acuñó una frase breve y que conviene tener siempre bien presente: "no hay dorso sin abdominales". También debo añadir la importancia de la acción de la espuela sobre los abdominales -es la primera que debe contraerlos-. La espuela que hace trabajar correctamente los abdominales, no sólo hace que entren los pies sino que también los activa y, a partir de ahí, queda sencillamente, canalizar al caballo: que nadie lo vea pero que el caballo lo sienta (la espuela debe ser acelerador y la mano cambio de marcha)
En cuanto a diferenciar rienda interior de rienda exterior, creo oportuna la siguiente aclaración: el hecho de trabajar en una pista convencional hace romper continuamente la simetría del cuerpo del caballo, por lo que los aires simétricos -paso y trote- lo son esporádicamente, sólo en los trancos que den en línea recta, que son pocos e intermitentes. Y el galope, de natural es asimétrico. ¿Qué quiere decir esto? Pues que casi siempre el caballo, con un pie -el de dentro- se aguanta y con el otro empuja -pie exterior-. Como el caballo -en la relación mano/boca- se rige por el principio de acción y reacción, la única rienda que puede y debe hacer fuerza es la exterior que hará, a su vez que el caballo empuje mas con el pie exterior. Si la misma fuerza se aplicara a la rienda interior obligaría, necesariamente a empujar en la misma medida con el pie interior, o sea, haría salir al pie interior con lo que dejaría de cumplir con su función de pie que aguanta
Un tercer punto, que lo aclara Jesús Ochoa en sus comentarios. A estos, sólo me resta añadir que el caballo es el único animal -al menos de los domésticos- que tiene la misma sinergia cuello-riñones que el hombre. Sin ella, difícilmente se le podría montar. Gracias a ella puede tensar los ligamentos nucal y supraespinoso como nosotros.
Siento haberme alargado tanto. Aun así, espero que te sirva.