Al surgirme varios comentarios sobre estas riendas –lo
correcto sería hablar de riendas deslizantes, principalmente porque es su
función y porque así es como se llamaban en su origen-, escribo con la
intención de dar más luz sobre su uso desde mi propia experiencia . De cómo las
utilizo yo o mis alumnos, y de cómo las he visto utilizar.
Hay dos cuestiones que he comentado en entradas anteriores y
que ahora insisto mucho mas en ellas porque, creo, están en la base de nuestra comunicación
–montados, se entiende- con el caballo
1ª La acción de las riendas se rigen –comunicación
mano/boca- por el Principio de Acción y Reacción. Lo cual quiere decir que si
yo tiro hacia atrás, el caballo tirará hacia delante, y si tiro hacia arriba,
tirará hacia abajo: siempre en sentido contrario. De aquí, la importancia del
ángulo de la rienda. (El ángulo de la rienda da mucho de qué hablar, pero éste
no es el momento). Conviene aclarar –como lo hice cuando escribí sobre la mano-
que dicho Principio desaparece cuando la
mano resiste con los dedos (antebrazo) y no tira con el brazo (bíceps), porque el vector fuerza
desaparece
Las riendas alemanas, al no tener un punto fijo en la
boca, se deslizan por las anillas de la
embocadura –normalmente un filete-, con lo que la cara del caballo sigue
bajando buscando el punto fijo que no llega a encontrar. Si baja la cara,
quiere decirse que el cuello se estira –la “S” de las vértebras cervicales se
va enderezando- y en este punto caben dos posibilidades:
1.A) nuestras manos
permiten al caballo que estire
NATURALMENTE el cuello: la nuca, al bajar, avanza (porque, insisto, la “S”
cervical se endereza), pero también
permiten que la boca del caballo se aleje. En definitiva, nuestras manos facilitan la
posición NATURAL del caballo con el cuello estirado. De esta manera se le procura al caballo el
gesto confortable y económico, luego el caballo, feliz
1.B) nuestras manos no facilitan que estire el cuello
naturalmente, por lo que no le queda más remedio que enroscarlo, alejando la
nuca ANTINATURALMENTE y no dejando que la boca del caballo se aleje. A esto, toda la vida, en España le hemos
llamado encapotamiento –porque no es una cosa nueva de ahora- y es lo que hoy
se llama “rollkur”. ¿Cuál es el problema del encapotamiento/ rollkur? Pues que
la nuca –extremo superior de la cabeza del caballo- gira desde la articulación
cérvico-torácica, y la boca –en el otro extremo de la cabeza-, gira desde la
mano del jinete/amazona. La misma cabeza tiene dos ejes de giro luego, fundamental,
conocerlos y/o manejarlos bien. (Pero
esto ya lo desarrollaré en otra entrada)
2ª La acción de las riendas es transmitir ORDENES al
caballo. Pero ¿cuál es el fin último de estas ORDENES? Cada vez tengo mas claro
que es poner ORDEN en el caballo, buscar
su gesto confortable y económico en cada momento. No cabe duda que, por el
hecho de montarnos en el caballo, le estamos creando ciertos desequilibrios,
tanto físicos como fisiológicos, debidos a la acción de nuestro peso y de
nuestras manos. Y una mano educada es la que es capaz de poner ORDEN en el caballo –principalmente, a través de su
balancín cuello/cabeza-, y no sólo de lo que se ve grosso modo, sino de lo que
se debe ver (mas difícil de ver) y que corresponderá a lo que SIENTE el caballo.
Una aclaración: cuantos caballistas hay que tienen ideas
claras de lo que hay que hacer, y luego no son –o somos- capaces de ejecutarlo. La respuesta es bien sencilla:
el saber se aprende rápido y el ejecutar, como requiere muchas repeticiones
–queramos o no- es muy lento. San
Agustín dice: “lo primero en el orden de la intención, es lo último en el orden
de la ejecución”. Si hubiera añadido que era debido a las múltiples
repeticiones que se requieren para acabar haciéndolo bien, nos lo hubiera
puesto mucho mas comprensible
Así pues, el fin bueno de las riendas deslizantes –o
alemanas-, es poner orden en el cuerpo del caballo. Un caballo con una
conformación defectuosa del cuello -os recuerdo
que el caballo es el único mamífero con el cuello enormemente maleable-, puede
mejorar enormemente con la ayuda de estas riendas. De hecho, los alemanes,
desde hace mas de medio siglo, las utilizan sistemáticamente para muscular
correctamente los cuellos. Los que sabían y saben hacerlo bien, claro.
Pero el hecho de ser mecánicamente una polea, nos permite
multiplicar nuestra fuerza, con lo cual
aumentamos nuestra sensación de control
de una masa diez veces la nuestra. Pero ésta es una sensación engañosa
de los sentidos (como diría Parménides). La realidad es un caballo encogido,
incómodo y, consiguientemente, poco colaborador porque ni quiere ni puede. Este es el fin malo de estas riendas al no
colaborar al gesto confortable y económico del caballo, sino todo lo contrario
Hay que desechar el mal uso de las riendas –de cualquiera de
ellas- y educarnos para poner orden en el caballo con cualquier
tipo de riendas. El tacto, es mas problema de sensibilidad –oportunidad en la
tensión y en el tiempo- que de fuerza. Y os remito a la definición aristotélica
del tacto
Paz y espero que os sirva a alguien
ARISTOTELES: Hablando del sentimiento y del tacto ecuestre, añado la que es para mí, la mejor definición del mismo, por si a alguno os sirve. Dice ARISTÓTELES en su Ética a Nicómaco: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.
ResponderEliminar"El saber se aprende rápido y el ejecutar, como requiere muchas repeticiones –queramos o no- es muy lento".
ResponderEliminar"El tacto, es más problema de sensibilidad –oportunidad en la tensión y en el tiempo- que de fuerza".
Esto es la vida( mi vida) estudio constantemente como se mueven, como van con lo que les pongo, como evolucionan con herrajes diferentes.....Es el estudio de la sensaciones que cada cavalo me da...y desgranar todo lo que me dicen a su manera....repitiendo cada vez de nuevo para ser un poco mejor que la anterior.....pero si puedo con, aún si cabe, un poco mas de ilusión..y compartir con mis Maestros de todo lo que percivo para mejorar más, en todas mis parcelas clínicamente,con los Herradores de los que cada dia aprendo mas y mas y mas,con los Jinetes y Maestros de jinetes, y como no contigo, que eres uno de "Os meus mestres"....un Maestro de LA VIDA.... Fascinante José. Un abrazote Jorge Cid. Pd: ya estoy donde tu sabes, en estas dos semanas solo 100 cavalos, luego 1300 al parecer.