jueves, 15 de marzo de 2012

ACERCA DE LA PIERNA (por Félix Lara Canovaca)

Hace un tiempo, conversando con José Manuel Sales sobre las ayudas de pierna, más concretamente sobre el momento preciso de aplicarlas al paso, trote y galope, me remitía por enésima vez a lo que dice Licart en su “Equitación Razonada”, que paso a resumir:


Al paso y al trote (aires simétricos): Emplear ayudas alternas de piernas cuando el posterior del caballo acaba de despegar –Al principio se puede tomar como referencia el movimiento de las espaldas: 1º empezar con la pierna izquierda en el momento de apoyar el anterior izquierdo y 2º continuar con la pierna derecha en el momento de apoyar el anterior derecho–

José Manuel me propuso la siguiente simulación:“Ponte de pie y haz como que caminas y ayúdate con las manos empujando por detrás de los muslos. Si te empujas cuando la pierna está en el aire te ayudas y si la tienes apoyada te frenas más porque se dobla la rodilla. Lo mismo pues siente el caballo”


Al galope (aire asimétrico): donde ambos posteriores avanzan adelante a la vez (el interior más que el exterior). Aquí se deben emplear las ayudas de pierna al mismo tiempo, pero es importantísimo que la pierna interior lo haga con más energía que la exterior (Esto puede comprobarse con la misma simulación anterior)

Con el fin de llegar a montar bien algún día, creo imprescindible profundizar en estos aspectos, ya que como sentencia Licart: “La coordinación de las ayudas con el funcionamiento de la máquina animal debe considerarse tanto o más importante que la coordinación de las ayudas entre sí


Y al uso de la casa me atrevo a decir: Espero que sirva a alguien

2 comentarios:

  1. Felix opino igual que tú -licart- es fundamental coordinarnos con nuestro amigo-equino, por el bien de ambos compañeros, así que me sumo a tu acertado comentario; el problema fundamental como decía nuestro amigo el cura es nuestro egoismo y Jose Manuel decía se puede ser egoista en los fines pero no en el proceso -o algo así-, un esquiador nunca se desentendería de sus esquis -las consecuencias serían fatales-, o un esquiador de su arnes, o un surfeador de su tabla, ni lazaro de sus muletas, así que mejoremos y nuestro compañero nos lo agradecera con creces, saludos.

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  2. Es fundamental no olvidar que cuando estamos sobre el caballo cualquier movimiento o actitud nuestra la recibe inmediatamente. Y que su coordinación se puede asimilar a la nuestra. Me explico. Me ha parecido muy didáctico para comprender cuando debemos aplicar las ayudas al caballo, asemejarlo con un empuje sobre nuestras propias piernas al andar. Si no lo damos en el momento adecuado no conseguimos el efecto buscado.
    Sobre la mochila diré que cuando he llevado a mis hijos sobre los hombros, seguro que me he sentido como cuando un caballo nos lleva a nosotros. Uno de mis hijos era muy nervioso y no paraba de moverse. Era complicadísimo llevarlo sin acabar con dolor de hombros o sin perder el equilibrio. La otra sin embargo más tranquila, se amoldaba a los hombros y se dejaba llevar maravillosamente.
    Para comprender que es lo que estamos haciendo a un caballo, no hay mas que sentirlo en nosotros mismos o pensar en nuestra propia mecánica del movimiento.

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