sábado, 26 de marzo de 2011
CONTESTADOR (varonil)
domingo, 13 de marzo de 2011
CONTESTADOR: ACERCA DE LA ENSEÑANZA A LOS MÁS PEQUEÑOS
Hoy, precisamente día de la mujer trabajadora, voy a dedicar mi ocurrencia hípica a mis niñas: Mary G., Laura G, Mª Antonia M., Lore V. y Lucía R. Denominadores comunes: últimamente hemos estado en contacto, alumnas mías de años, pasión por el caballo y la enseñanza, profesionales de la enseñanza (a tiempo parcial), enseñan a niños, su gran ilusión, y también su preocupación por hacerlo lo mejor posible. Y me preguntan a mí como persona entrada en años y versada en la materia. Y aquí estoy para echar una mano, pero también para incitaros a que seáis siempre exigentes con vosotras mismas, como lo sois ahora: inconformistas per in eternum, como yo.
Sabéis que ahora, en la carrera de Magisterio, hay no sé cuantas especialidades. Lástima que no haya la de Magisterio para futuros caballistas o de educación infantil a caballo. Pero, se me ocurre, que sí podemos montar un sucedáneo entre nosotr@s. Incluyo a todas las seguidoras de este blog.
De hecho, vuestra preocupación es cómo enseñar mejor: no solamente a los niños montados, sino también a sus monturas, unos animalitos con una mentalidad, casi idéntica a la de un niño antes de alcanzar el uso de razón (que yo creo que se alcanza cuando se tiene el sentido del futuro, que al fin y al cabo, es la base de toda educación: "educar para…"). Y la mejor manera de educar a niños, caballos (o ponys) e, incluso adultos, es divirtiéndoles.
Los maestros y los libros estamos para dar pistas y ayudar en los primeros pasos, pero las soluciones prácticas tienen que salir de vuestra imaginación. Aquí también vale la frase que alguna ya conoceréis porque me gusta repetirla a menudo a mis alumn@s: “prefiero el capital conocimientos que el capital caballos. Los conocimientos perduran y lo caballos, poco duran”
Desde hace más de 20 años, no dejo de recomendar como 1ª lectura, “El Principito”. Como imagino que lo tendréis a mano en casa, empezad a releerlo por el capítulo XXI, luego el X, luego el V, y luego al gusto. Otro libro muy recomendable, éste sí de caballos, es “La verdad sobre los caballos”. Es un libro que nos ayuda a sentar las bases, o sea, a ser más imaginativos. Precisamente, a mí me lo regaló Lore. Aprovecho para volver a darte las gracias. ¿Os acordáis cómo enseñaba el maestro al alumno en la película Karate Kid?
Hace poco escribía sobre la empatía. Y vendría a ser: ¿cómo me gustaría que me enseñaran si yo fuera la niña? Algunas cuestiones pedagógicas las encontrareis mejor en libros de pedagogía infantil. Y, con imaginación, las aplicáis a nuestro mundo del caballo/pony.
Procuro todas las semanas dar alguna clase de tanda. Con Gustavo lo tengo fácil. Ello me mantiene conectado con todos los niveles. Y una de las cosas que tengo clarísima es que a tod@s hay que enseñarles lo mismo, respetando su nivel. Como si el objetivo fuera, en un futuro más o menos lejano, formar el equipo nacional. Lo que realmente cambia es el idioma propio de cada edad o el nivel propio de cada uno. Pero todos en la misma escalera: unos en un piso más alto, otros más bajo y, a lo mejor, otros intentando aprender a subir los primeros peldaños.
A las que tengáis mis “Apuntes para caballistas” os remito a la 1ª página de las “Questions Equestres” del General L’Hotte: “En equitación, incluso para enseñar los principios, hace falta saber mucho”. Y yo me atrevo a añadir: "no hace falta desde el principio, pero –como os decía más arriba-, hay que ser exigentes consigo mismo".
A diario utilizo conos y barras. Y sillas de plástico. Las barras en el suelo, paralelas y formando un pasillo. Los pasillos y pasos obligados obligan a mantener la concentración en todo momento. El montar deja de ser monótono. Siempre hay algo distinto que hacer. Y el nivel de dificultad también varía.
En mis clases de salto, siempre hay algo que hacer con precisión, antes y después de cada salto. Y los recorridos de entrenamiento, del tipo EquiQ: siempre hay algo que hacer; la mente no puede parar.
En nuestras manos –en vuestras manos- está el educar la mente y el cuerpecito –tanto monta, monta tanto- de los futuras personajes.
En breve contestaré al sector masculino. En la hípica, con el género me pasa como con el fútbol: soy del Madrid pero admiro al Barça.
Paz y espero que os sirva. Y muchas gracias por acordaros de mí.