Os invito a mirar antes que nada estos dos vídeos de grandes jinetes del momento, separados por 25 años. Luego los analizaremos.
El primero es de Conrad Homfeld montando Abdullah, en la final que ganaron de la Copa del Mundo -la Copa Volvo por entonces-, de 1985. El segundo es de Albert Zoer montando Uraguay, hace unos pocos meses. Como véis, 25 años de por medio.
Hace pocos años, le oí decir al gran bailaor Joaquín Cortés su definición del baile, que bien se puede aplicar a nuestra Equitación: "Equilibrio y coordinación de movimentos". Este criterio es el que aplico en este análisis.
1985. Conrad Homfeld sobre Abdullah. En este vídeo ya se observa desde el principio, en las transiciones paso-galope, cómo cada uno, caballo y jinete, van por su lado. Durante todo el recorrido hay cambios bruscos de ritmo y de equilibrio, tanto de uno como de otro. Al montar un poco largo, su fijación en la montura la hace con las pantorrillas, lo cual supone un punto de aplicación muy bajo, por lo que el culo se le va para atrás y los pies adelante: es el momento de "cargar hacia atrás" haciendo que suba más cuello y cabeza: balancín del caballo. A continuación, en los trancos previos al salto, empuja soltándole la cara para que estire el cuello y corra hacia el salto. Gracias a la mecanización del trabajo, las llegadas son cómodas -dentro de lo que cabe- y el caballo pasa el salto siempre igual, sin bascular bien del todo y las manos casi rozando las barras: primacía de la componente horizontal del salto sobre la vertical. En el aire, el jinete hace un gesto forzado de coger y acompañar. Tanto en jinete como en caballo hay cambios de equilibrio en cada salto: peso atrás -sobre todo en las vueltas- y correr hacia el salto en los últimos trancos. Tampoco hay buena coordinación: en ningún momento el caballo tira bien del jinete y su cuello no lo puede utilizar bien. Esta era la manera más generalizada de saltar en aquella época
2010. Albert Zoer sobre Uraguay. Aunque este vídeo no nos muestra ninguna transición, sí que doy fe que, en todas, la coordinación es perfecta. Como lo es durante todo el recorrido. La posición cuello-cabeza sólo cambia en el salto, momento en que el caballo no tiene ninguna extremidad apoyada en el suelo. Mientras galopa, son los pies del caballo los que están superactivos -cuello y cabeza en la misma posición- y las manos del jinete en ningún momento pierden el contacto con la boca del caballo (ni le encogen el cuello). Los trancos del galope sufren cambios mínimos, prácticamente imperceptibles. Al llevar los estribos un poco más cortos, le permite solidarizarse con el caballo por medio de los aductores, con lo cual el punto de aplicación sube mucho respecto del de las pantorrillas, razón por la cual el equilibrio es mucho mejor, facilitando la coordinación de movimiento. La inercia de los cambios bruscos en los giros y en el salto no le afectan. Por eso en el aire el contacto mano-boca es siempre el mismo en todos los saltos.
Como se ve, el equilibrio y la coordinación de movimientos, son mucho más perfectos ahora que hace 25 años.
Se me ocurren estas conclusiones prácticas:
- Equilibrio -posición- del j/a inamovible. Ya no vale el ahora atrás y ahora adelante. Importantísimos los aductores. Y los pies, siempre, debajo del culo
- Contacto mano-boca constante. Las variaciones de tensión, por ejemplo, entre mínimo 5 y máximo 15, y no entre 0 y 30. Dedos, sobre todo meñique, y no bíceps. Ni cargar demasiado peso sobre las riendas (ni nos enteramos cuando lo hacemos).
- Pies del caballo bien activos y cuello-cabeza en la misma o muy parecida posición durante todo el recorrido. Los cambios, que no lleguen a encoger el cuello del caballo: avanzar en las vueltas y no correr nunca hacia el salto. Que el caballo pueda bascular en los últimos trancos: que aumente la componente vertical del salto y, a continuación, que utilice la horizontal. Así los caballos baten con fuerza y las manos, normalmente, pasan con holgura. Y los pies, luego, lo mismo.
- Sobre la mirada: os aconsejo que leáis lo que recientemente puse sobre la misma. Seguidamente, lo que dice Sally Swift . Creo que os ayudará a entenderla mejor.
Finalmente, os recuerdo el consejo de San Agustín: lo primero en el orden de la intención es lo último en el orden de la ejecución. Y para ello hace falta tiempo para repetir, repetir y repetir hasta la saciedad. Y aprovechar también el consejo de Kierkegaard: como los niños, hay que tomarle gusto a la repetición.
Paz y espero que os sirva a alguien
Me supongo que para los jinetes de salto, si les servirá y de mucho toda esta muy buena información.
ResponderEliminarLos tecnicismos del salto son complicados de ver para uno que no salta, pero seguro que a los jinetes de salto, estos dos videso, más tus sabios consejos, les puede servir para sus futuros concursos de salto.
Saludos de Gabriel.
Caramba Cura, cualquier profano que lea tu artículo podría llegar a pensar que Conrad Homfeld era un "matao", aunque sabemos que era un genio. De todos modos, la actitud de Zoer es maravillosa, parece que le mueven los obstáculos conforme se va acercando a ellos para que llegue perfecto. Es maravilloso ver cómo mantiene constantemente el ritmo. Hay que ser un divino para percatarse del más mínimo cambio de ritmo durante todo el recorrido. ¡Qué gozada saltar así! ¿Dónde hay que firmar para aprender a hacerlo igual? Un abrazo.
ResponderEliminarMadre mia Jose Manuel, ¡se me ha caido un mito!. Siempre he creido que Conrad homfeld era uno de los grandes de la hsitoria, y que los jinetes de entonces saltasen rozando las barras era por las limitadas capacidades de los caballos de la época.
ResponderEliminarMirando los recorridos ganadores de cada olimpiada desde los años ochenta (1984, Homfeld medalla de plata individual) el punto de inflexión se encuentra clarísimamente en Ulrich Kirchhoff con Jus de Pomme (atendiendo a los puntos que trata en este capítulo). ¿No cree?
Un abrazo muy fuerte de un humilde admirador suyo. Javi.
Jose Manuel, necesito tratar un tema con usted, pero preferiria que fuese en privado, ¿a dónde puedo escribirle? Mi problema es sencillo, pero nada simple, ¿cómo ser el mejor sin tener un duro? :)
ResponderEliminarun abrazo, Javi.
Cura no me digas que Conrad Homfeld y Abdullad van cada uno por su lado. Siente discrepar con alguien que sabe de esto muchísimo. En cuanto a la longitud de estribos no mas que, por poner ejemplos cercanos que Rafi Latham, Juan Diego García Trevijano o Manolo Malta da Costa. Que, sin tener el currículum del americano, siempre han sido considerados jinetes con un gran equilibrio y super correctos
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